¿Te imaginas una empresa que no tuviera normas de convivencia o reglas que definan cómo debe operar dicha marca? Sería inimaginable pensar en el correcto funcionamiento de una empresa anárquica, en la que no existieran valores comunes y cualquier miembro pudiera actuar de cualquier forma, con tal de conseguir sus objetivos. Daría hasta miedo ¿Verdad? Para cuidar de que todos los miembros de una empresa actúen conforme a sus valores, es importante crear una cultura organizacional sólida, que contribuya a desarrollar una marca consolidada que, además, ayude a formar relaciones estables y duraderas entre el trabajador y la empresa.
La cultura organizacional se refiere al conjunto de normas de comportamiento, valores, reglas y creencias que rigen el día a día de la empresa. No solo son importantes para que los trabajadores conozcan cómo tienen que actuar, sino que, además, es importante porque tienen el objetivo de garantizar el bienestar de todos los miembros. Gracias a la cultura organizacional, todos los colaboradores tienen una guía de actuación, unas normas de convivencia y un factor de cohesión.
¿Qué elementos debes definir para diseñar la cultura organizacional?
La cultura organizacional la conforman una serie de elementos cohesionados y coherentes entre sí. Recordemos que estos elementos no solo rigen el comportamiento y las normas de convivencia, sino que deben procurar generar un ambiente de trabajo próspero, que fomente el intercambio de conocimiento y la cooperación entre todos los miembros del equipo.
Para empezar, es necesario definir el propósito, la misión, la visión y los valores de la marca, pilares que resultan ser esenciales para establecer la cultura organizacional y la identidad corporativa. Definir la filosofía de la empresa guiará y en algunos casos, determinará cómo serán los siguientes elementos, detallados a continuación:
El siguiente punto a definir son las normas y las reglas, es decir, las bases que regirán el comportamiento aceptado por la empresa, que rigen las pautas de actuación.
El ambiente empresarial: Establecer pautas que ayuden a crear un buen clima laboral es imprescindible para generar vínculos con los miembros de la empresa y, además, ayuda a mejorar la productividad. Este factor es cada vez más relevante para los trabajadores, dado que, si no se sienten parte de la empresa, serán más propensos a buscar otras oportunidades profesionales. Por tanto, cuidar del ambiente laboral es sinónimo de retención de talento en la empresa.
¿Qué beneficios tiene la cultura organizacional?
En los apartados anteriores, ya hemos mencionado parte de estos beneficios, pero es importante que tengas en cuenta que no basta con materializarlos en un papel, sino que deben ser trabajados y cuidados. Recuerda que los intangibles corporativos deben ser trabajados constantemente, para que provoquen beneficios reales, tanto de manera interna como externa a la empresa, en un largo periodo de tiempo.
Para empezar, externamente tiene beneficios en materia de imagen y reputación de marca. La cultura organizacional transmite cuál es la forma de actuar y de pensar de una empresa. Si una empresa comparte los valores que la sociedad percibe como positivos y actúa de manera coherente con respecto a estos valores, la marca tendrá una imagen positiva que se traduce en disponer de una buena reputación, mayor confianza y fidelidad de parte de sus clientes y potenciales clientes y un incremento en las ventas.
Para conseguir crear una buena imagen y reputación corporativa es esencial que haya una comunicación bidireccional y constante con el público externo de la empresa. Gracias a este trabajo de continua comunicación e interacción, se logrará crear un recuerdo de la marca en la memoria del público impactado y le asociará conceptos positivos.
A nivel interno, tener una guía que recoja las normas y las pautas de actuación ayuda a que la empresa esté alineada en cuanto a su modo de proceder. Por otra parte, establece cómo va a ser el ambiente laboral. Un ambiente laboral adecuado, en el que se fomente la interacción y la colaboración entre los distintos equipos no solo es positivo para la productividad de la empresa, sino que, como resultado de esos equipos, se crean relaciones más sólidas, que fomentan la sensación de equipo y de pertenencia a la empresa.
Conseguir que tus propios empleados sientan que son una parte fundamental en la empresa, les hace sentir valorados y si, además de valorados, se sienten incentivados, serán los propios trabajadores los que se convertirán en prescriptores de la marca. Además, debido a la creciente importancia que la sociedad le está dando a las condiciones de trabajo y al entorno laboral, ya no es solo una cuestión interna. Una empresa que cuida de sus empleados consigue mejorar o incentivar que la imagen que se tiene de la marca sea positiva.
¿Cómo puedes desarrollar tu cultura organizacional?
Si tras estos párrafos estás pensando en crear la cultura organizacional de tu empresa o darle un giro a la misma, presta atención a los siguientes pasos.
Para comenzar examina tu empresa o marca. Comienza por plantear cuál es la razón de ser de tu empresa y qué motiva su actividad. Es decir, el propósito, la misión, la visión y los valores de la empresa.
Una vez que estás ideas estén claras, ya podrás avanzar para definir qué normas se van a implantar y qué relación va a haber entre los distintos niveles y departamentos dentro de la empresa.
Una vez que todos los elementos hayan sido definidos, es momento de transmitirlos mediante estrategias de comunicación interna y externa. Utilizar todos los sistemas de comunicación con mensajes específicos dirigidos a cada grupo de interés, hará que esta comunicación sea efectiva.
Por último, sé constante, honesto y coherente. La cultura organizacional no se construye, ni se asimila de la noche a la mañana, es un proceso que requiere de constancia. Recuerda que estos esfuerzos deben ser realizados mediante una comunicación y unas acciones honestas y coherentes para que resulte efectiva.
Andrea Arroyo
Técnico de Comunicación en Avance Comunicación