Las palabras tienen un enorme poder. Si, además, están escogidas adecuadamente, con detalle, de manera que la idea sea expresar el máximo posible con el mínimo, entonces dicho poder aumenta y la conexión con la audiencia también. Es uno de los componentes de la comunicación minimalista, de la que te hablamos en este episodio de Píldoras de Comunicación.
TRANSCRIPCIÓN DEL EPISODIO:
Siempre digo que todo lo que haces y dices comunica y lo que no haces o dices, también. Y esto es muy importante ya que, en un contexto en el que estamos abrumados por el ruido y el exceso de información y de desinformación; en medio de este caos de contenido, las marcas que más destacan son las que dicen mucho con poco y las que llevan la simplicidad como bandera en su comunicación. Hay quien lo llama comunicación minimalista.
¿Qué es la Comunicación Minimalista y por qué es tan poderosa?
La comunicación minimalista no es únicamente utilizar menos palabras, en términos cuantitativos, sino de transmitir el máximo posible, con la mayor sencillez. Se trata de comunicar con simplicidad, claridad y economía de palabras en favor de la imagen, la reputación y el posicionamiento de la marca.
El espacio en blanco y el silencio estratégico, pueden ser tan elocuentes como las palabras.
Como decía al principio, cada día estamos sometidos a cientos de mensajes, informaciones e impactos publicitarios y, precisamente por eso, el silencio, bien utilizado, es un recurso muy valioso.
Hay varios aspectos en los que se concreta la comunicación minimalista. El primero de ellos es la economía de las palabras. Hemos hablado muchas veces del poder de la palabra, por eso, cuando intentamos decir más con menos, ese poder es aún mucho mayor, ya que tenemos que elegir cada una de ellas como si fuese un diamante. Un ejemplo extraordinario de esto es el famoso eslogan de Nike: Just Do IT. En solo tres palabras, se engloba toda la filosofía de la marca.
La clave de la economía de las palabras es que cada palabra cuenta y tiene un propósito. La economía de palabras simplifica el mensaje, pero, al mismo tiempo, lo hace mucho más poderoso.
El segundo aspecto es la experiencia del consumidor y en este sentido, menos, es más.
Captar la atención del público es la máxima aspiración para cualquier marca, teniendo en cuenta que cada vez es un bien más escaso. Por ello la experiencia del cliente es crucial. La comunicación minimalista tiene que reflejarse en cada uno de los puntos de contacto con el público, desde la página web hasta un regalo promocional.
En tercer lugar, hay que aprender a utilizar el silencio, en el sentido de utilizar la comunicación para que lleve al público a la reflexión o a sacar sus propias conclusiones. No dar todo el contenido, dejar espacios en blanco en la comunicación para que el público los rellene por sí mismo o actúe, hace que los vínculos con la marca se estrechen mucho más.
Un ejemplo de esto fue la campaña “Comparte una Coca-Cola”, en la que la marca optó por imprimir nombres comunes en sus envases. Este enfoque generó una conexión especial, con un mensaje muy simple, invitando a los consumidores a compartir sus refrescos con sus amigos y seres queridos.
Implementar estrategias minimalistas en la comunicación no se trata solo de simplificar el mensaje o utilizar menos palabras, sino de simplificar todos los aspectos de la marca.
La simplicidad comienza comprendiendo claramente la propuesta de valor y expresándolo de forma directa y sencilla. Por supuesto esto tiene que trasladarse con coherencia a todos los mensajes y acciones de la compañía.
La simplicidad también debe detectarse en los elementos que forman parte de la identidad corporativa, como el logo, los colores, las tipografías y todas sus aplicaciones, los envases (cuando los hay), los materiales de marketing y cualquier otro elemento que represente a la marca.
En cuanto a la identidad verbal, por supuesto, la clave es condensar los mensajes y eliminar cualquier palabra que no contribuya a la comunicación, lo cual exige un gran trabajo de revisión y edición. Además, al igual que en la identidad visual, la coherencia a la hora de aplicar la voz de la marca es fundamental.
En cuanto al contenido, es muy importante no saturar. Es necesario permitir momentos de silencio que generen reflexión. Más contenido no significa ni más visibilidad, ni más interacción, ni más compromiso de la audiencia. Al contrario, puede provocar todo lo contrario.
Los procesos en la atención al cliente también deben ser muy tenidos en cuenta: facilitar los procesos de compra o de contratación, estar atentos a las necesidades del cliente y ofrecer siempre respuestas claras y directas.
En conclusión, implementar estrategias minimalistas no es un proceso superficial; es una transformación profunda que impregna cada aspecto de su marca. La simplicidad hace que la comunicación sea más eficaz y que se creen conexiones más importantes con la audiencia.
Sin embargo, la simplicidad no significa que no haya profundidad; significa transmitir el mensaje de manera clara y memorable.
Un ejemplo de la aplicación de la comunicación minimalista en una marca es la compañía IBM, que ha utilizado esta estrategia tanto en sus aspectos visuales, como textuales.
Su mensaje central siempre ha sido la innovación sostenible, con la única palabra “Think” (piensa), como constante desde hace décadas, con todas las connotaciones que implica.
Su logotipo, con su tipografía sheriff simples y limpias es un ejemplo clásico de diseño minimalista que se ha mantenido a lo largo de los años, creando consistencia y reconocimiento. Por otro lado, el aspecto de las soluciones de IBM siempre ha sido reconocido por su simplicidad, con una estética limpia y funcional.
En cuanto a su comunicación verbal, las campañas de la compañía se centran en mensaje concisos y palabras estratégicas, pero evitando los tecnicismos. Su contenido siempre ha sido educativo y accesible, usando un lenguaje claro, para explicar conceptos complejos. IBM no inunda sus redes con constantes publicaciones, sino que hace un enfoque selectivo, con contenidos concretos sobre sus logros, innovaciones y casos de estudio.
En resumen, es un ejemplo de cómo adoptar estrategias minimalistas sin perder la seriedad y profundidad necesarias en su industria, demostrando que la simplicidad puede convivir con la complejidad tecnológica.
Termino este episodio de Píldoras de Comunicación, esperando que, como siempre, te haya resultado interesante y te resulte inspirador para tus estrategias de comunicación y marca. Nos vemos en el próximo. ¡Saludos!