En 1925, John Logie Baird consiguió transmitir la imagen de un maniquí con una definición de 28 líneas. El paso previo a este hecho ocurrió en 1884, con la creación del disco de Nipkow, un instrumento que consistía en un disco metálico que servía para proyectar sobre láminas de selenio la imagen de la luz reflejada por los objetos y enviar sus impulsos eléctricos a través de un cable. Estos fueron los antecedentes de la televisión, uno de los inventos más revolucionarios para la comunicación, con permiso de la radio, claro.
Hoy, como cada 21 de noviembre, se conmemora el Día Mundial de la Televisión, fecha que recuerda la celebración del primer Foro Mundial de la Televisión, allá por 1996. Por otra parte, con esta fecha, también se quería reconocer al invento más importante desde la imprenta de Gutenberg y su papel, a la hora de movilizar la opinión pública.
¿Cómo pueden las marcas aprovechar las oportunidades de la televisión?
En 1936 la cadena de radiotelevisión británica, la conocida BBC, logró transmitir el primer programa de televisión. Bajo el nombre de: “Here´s Looking at You!”, el formato televisivo consistía en un programa de variedades, emitido dos veces al día. Poco fue el tiempo que tardaron en descubrir el gran potencial de la televisión para transmitir información y propaganda (durante la Segunda Guerra Mundial la televisión, la radio y la prensa fueron grandes instrumentos para emitir mensajes propagandísticos).
Pero no es hasta el 1 de julio de 1941, cuando aparece el primer anuncio publicitario. La transmisión se realizó a través de la estación de televisión experimental WNBT (ahora conocida como la WNBC) en Nueva York. El anunciante fue la empresa de relojería Bulova Watch Company y se emitió justo antes de que comenzara el partido de béisbol entre los Brooklyn Dodgers y los Philadelphia Phillies. Este anuncio, de 10 segundos de duración, tuvo una audiencia estimada de 4.000 hogares en la ciudad. De este modo, las marcas empezaron a descubrir el potencial de la televisión para ellos, pero ¿y a día de hoy?
Actualmente, la publicidad se está encontrando con nuevas oportunidades en los entornos digitales como las redes sociales, los contenidos en streaming, Internet, etc. Pero, a pesar de ello, los medios tradicionales siguen siendo importantes. De hecho, según los datos que ofrece Statista, los ingresos por publicidad en la televisión, en abierto, en España, en 2022, llegaron a la cifra de 1.614,3 millones de euros, una cantidad, bastante significativa, a pesar de que los medios digitales van ganando cada vez más terreno a los convencionales.
La televisión tiene el claro beneficio de impactar a un gran número de espectadores. En este sentido, es posible segmentar la audiencia en la que se desea impactar mediante la elección del espacio televisivo en el que se vaya a incluir este anuncio. Por ejemplo, se puede alcanzar a un público general si se coloca un anuncio entre espacios de entretenimiento para todos los públicos o se puede acceder a un público más concreto si lo anuncias junto a espacios o programas especializados en un tema relacionado. También es posible segmentar por área geográfica, mediante los canales de televisión locales y, por edades, aprovechando los espacios de programación infantil.
Otra de las ventajas que tiene la publicidad en televisión es que permite a las empresas hacer contenido de marca, pero que, además, muestre buena parte de los productos o servicios que son ofrecidos. Esto no solo ayuda a que la empresa sea reconocida, sino que, además, logra crear un recuerdo de la marca y confianza.
Los anuncios publicitarios pueden presentarse mediante una gran diversidad de estilos (contando una historia, mostrando el producto, compartiendo un mensaje corporativo, con un mensaje comercial, etc.) Estos mensajes, además de tener un alto impacto, tienen una alta capacidad de calado en la audiencia. Los anunciantes, siendo conscientes de este fenómeno, se esfuerzan por crear mensajes que el consumidor retenga ¿Cómo? Añadiendo un contenido emocional, que les ayude a crear una conexión más profunda con la audiencia.
Ejemplo de ello, son los anuncios relacionados con la Navidad que evoca a nuestras comidas familiares, momentos entrañables de los que todos disfrutamos y que nos hace sentir identificados con lo que sucede en el anuncio y, por tanto, conecta con nosotros.
Por otro lado, la televisión también tiene sus inconvenientes. Para comenzar, los anuncios deben ser breves, no más de 30 segundos. Por otra parte, son más caros que los actuales formatos digitales (que cada vez se lo pone más difícil a los medios de comunicación tradicionales), y, además, requiere un esfuerzo económico extra para la producción de un anuncio de calidad.
Otra desventaja que sufre la publicidad en televisión (frente a la digital), es que no puedes controlar el alcance y existe la posibilidad y riesgo de que no llegues a alcanzar la cuota de público objetivo. Por ello, es muy importante elegir adecuadamente el espacio o espacios en los que se va a emitir.
En conclusión, este Día Mundial de la Televisión nos hemos propuesto reflexionar sobre la importancia de este invento desde sus orígenes y sobre las oportunidades que ofrece, que, como hemos visto, son más que beneficiosas para las empresas.
Durante todos estos años de historia, la televisión ha sido y sigue siendo un gran aliado de las marcas. A pesar de vivir en un mundo cada vez más digital, la televisión persiste como un canal de comunicación valioso para que las marcas transmitan sus mensajes a un público con el que, cada vez, se esfuerzan más por conocer y conectar.

Andrea Arroyo
Técnico de Comunicación en Avance Comunicación