En el mundo de las marcas y su comunicación, la curiosidad juega un papel muy importante, ya que es un componente que provoca que la audiencia atienda y se quede con ganas de más, así que no hay que subestimar su poder. Cuando logramos despertar la curiosidad, estamos construyendo auténticos puentes con nuestra audiencia. Te contamos cómo.
TRANSCRIPCIÓN DEL EPISODIO:
Albert Einstein decía: No tengo talentos especiales, pero sí soy profundamente curioso. Y es que la curiosidad es como una chispa que nos impulsa a descubrir el mundo. Hay personas que no sienten especial curiosidad por lo que les rodea pero para otros, aprender cosas nuevas o descubrir lo desconocido es una aventura permanente hacia la exploración y el entendimiento y les produce una profunda emoción.
En el mundo de las marcas y su comunicación, la curiosidad juega un papel trascendental. Es como el ingrediente secreto que hace que la audiencia no solo escuche, sino que se quede con ganas de más, así que no hay que subestimar su poder. Cuando logramos despertar la curiosidad, estamos construyendo auténticos puentes con nuestra audiencia.
Vamos a comenzar hablando, en general de cómo se produce la curiosidad. Normalmente, es un proceso, que sigue varias fases.
1. Siempre hay un estímulo inicial, que despierta el interés. Puede ser algo nuevo, algo inesperado o algo desconocido. Sería como un gancho que llama la atención.
2. Después, la persona tiene que reconocer (de forma consciente o inconsciente) que le falta conocimiento. Se da cuenta de que no sabe algo o de que tiene un vacío sobre el tema. Eso impulsa el deseo de saber más.
3. Los pasos anteriores, hacen quela persona se haga preguntas, cuestionándose sobre el tema y tratando de entenderlo mejor.
4. Posteriormente, para satisfacer la curiosidad y esas carencias de conocimiento, se inicia la búsqueda de información. Esto puede implicar la lectura, la investigación on line, la conversación con expertos, o cualquier otro método para obtener conocimiento.
5. La siguiente fase es asimilar y comprender la información recopilada. Este proceso puede llevar a más preguntas y provocar un ciclo continuo de aprendizaje.
6. Una vez asimilado el conocimiento, la curiosidad a menudo impulsa a las personas a aplicarlo en situaciones prácticas, lo que lleva a la experimentación, la resolución de problemas o la aplicación creativa de esa nueva información.
7. Por último, llega la reflexión y retroalimentación: Después de adquirir conocimiento y aplicarlo, las personas suelen reflexionar sobre la experiencia. Esto puede llevar a nuevas preguntas, ajustes en la comprensión y un ciclo continuo de curiosidad.
Estas fases pueden ser variadas y no siempre ocurren de manera lineal. La curiosidad es un proceso dinámico y personal que se produce de diferentes maneras en diferentes personas y situaciones. Sin embargo, seguro que has reconocido estas fases en procesos como el aprendizaje, la formación y también en el proceso que sigue cualquier persona a la hora de comprar o contratar un producto o servicio.
Esto es muy importante, por tanto, para la comunicación de las marcas, porque la curiosidad es la herramienta que nos permite abrir la puerta a conectar emocionalmente con los públicos y crear una experiencia memorable.
Entonces, ¿cómo podemos provocar curiosidad en nuestra comunicación? A continuación, te doy algunos consejos, aunque lo fundamental es que analices, dentro de tu marca y de tu negocio, cuáles son los aspectos que, realmente, pueden provocar esa curiosidad.
Primero, la marca debe ser siempre auténtica. La gente se siente atraída por la autenticidad, así que no tengas miedo de mostrar la personalidad de tu marca y de compartir historias reales y cercanas.
En segundo lugar, es necesario introducir elementos de sorpresa. ¿A qué me refiero con eso?
Las historias intrigantes, que puedan despertar la curiosidad, a narrativas que despierten preguntas y que mantengan el suspense. Para esto, el arte de la narrativa y de contar historias es fundamental. Es necesario conectar emocionalmente con la audiencia o, puede ser posible, recurrir a la disrupción y la provocación.
También a productos innovadores y únicos, ya que hay públicos que están naturalmente inclinados a explorar lo nuevo y diferente.
Por otro lado, a experiencias interactivas o participativas, que inviten a la acción.
Además, a introducir elementos que aporten misterio y exclusividad: a través de ediciones limitadas o colaboraciones inesperadas con otras marcas, que hagan que los públicos se pregunten qué viene a continuación.
El contenido educativo también puede despertar la curiosidad, al satisfacer la sed de conocimiento de los públicos, pero siempre con contenido original y útil. En este apartado también podemos hablar de elementos visuales como imágenes, diseños o vídeos impactantes.
Y, por último, la escucha activa: Las marcas pueden demostrar interés hacia sus públicos y despertar su curiosidad al mostrar una actitud de escucha activa, respondiendo a preguntas, involucrándose en conversaciones y adaptándose a las necesidades cambiantes del mercado.
Pero, generar curiosidad no termina aquí. Habíamos hablado de ser auténticos, de introducir elementos sorpresa y, en tercer lugar, hay que hacer preguntas. La curiosidad se alimenta de preguntas. Debes invitar a tu audiencia a participar, a pensar y a cuestionarse. Se trata no solo de comunicar, si no de crear un diálogo.
Al cultivar la curiosidad con la comunicación corporativa, podemos conseguir diferentes objetivos.
En primer lugar, generamos un interés sostenido en el tiempo. Una audiencia curiosa está más inclinada a seguir comprometida y a explorar más allá.
En segundo lugar, fortalecemos la lealtad de los públicos, porque, cuando las personas sienten una conexión emocional con la marca, se vuelven clientes leales y embajadores entusiastas.
Y, por último, pero no menos importante, fomentamos la innovación. La curiosidad no solo se aplica a la audiencia externa, sino también a tu propio equipo interno. Fomentar la curiosidad dentro de la empresa puede llevar a nuevas ideas, enfoques frescos y soluciones innovadoras.
La curiosidad juega un papel fundamental en el crecimiento de las marcas y su capacidad para conectarse con los públicos. Recuerda que es como una puerta que una vez abierta, conduce a una exploración continua.
Para terminar, voy a poner como ejemplo una técnica clásica y muy utilizada en comunicación, que juega con la curiosidad y el misterio. Se trata de las campañas teaser, que se conocen también como campañas de intriga o campañas de prelanzamiento.
Este tipo de acciones son muy habituales en el lanzamiento de productos, en el cine y en la televisión. Su característica principal es que, en principio, no se habla ni de la marca, ni del producto o servicio, pero sí se utiliza como contenido alguna de sus características más destacadas.
En nuestra agencia, hemos utilizado esta técnica en diversas ocasiones. Una de ellas fue para realizar una convocatoria a medios de comunicación. Uno de nuestros clientes patrocinaba una famosa película de acción: Misión Imposible y quiso invitar a ciertos periodistas clave a la premier en Madrid. Para hacerlo, enviamos un tarjetón físico, personalizado para cada periodista en el que, con tinta invisible se había escrito la dirección y la fecha de la premier, sin más datos. Para poder leer lo que había escrito, había que utilizar una linterna especial, que acompañaba al tarjetón. Días después, recibieron un paquete (el cliente pertenecía al sector de la paquetería) con diversos elementos de merchandising de la película y la invitación oficial. La acción fue un éxito, ya que despertó, sin duda, la curiosidad de los periodistas, por ser un tipo de convocatoria que se salía, completamente, de lo habitual.
Termino este episodio de Píldoras de Comunicación, esperando que te haya resultado inspirador. Si es así, compártelo, suscríbete, anima a tus conocidos a que lo hagan y nos vemos en el próximo. Saludos