Cambiar la manera de afrontar los proyectos para aprovechar canales diferentes que requieren elementos distintos. Intentar no pensar como diseñador, sino como usuario, ésto es lo que más cuesta…
Orden, espacialidad, facilidad de uso y acceso al contenido claro y rápido; son algunos de los conceptos que tenemos en cuenta al diseñar on-line.
Es cierto que hay similitudes respecto a cómo acometer un diseño para el “mundo real” o para el “mundo virtual”. Siempre tendremos en cuenta la máxima visibilidad y que el contenido llegue al receptor de la manera más completa posible.
También por lo general, se diseñará teniendo en cuenta el soporte, ese lugar privilegiado donde exhibiremos nuestro diseño.
Pero más allá de generalidades básicas, aparecen unos condicionantes propios del entorno, muy potentes y con mucho peso sobre el resultado final. Hay que tener en cuenta que el plano espacial cambia por completo; aunque suene a obviedad, el cómo ordenamos la información linealmente en el diseño off-line, dentro del soporte (con alguna licencia a base de romper la estructura con destacados o sumarios) nada tiene que ver con la disposición piramidal que adquiere el contenido en el diseño on-line, con múltiples entradas y salidas, atajos y conexiones para ir de un lado a otro dentro de un sitio web.
Esto precisamente requiere que seamos escrupulosos con el orden, para que el diseño web cumpla la función final hacia el usuario: informar.
No hay otro camino, nuestro soporte se ha transformado en una pantalla de ordenador, tableta o teléfono inteligente…
Con el tiempo nos hemos grabado a fuego las máximas del diseño en el entorno web: estructura y posicionamiento.
Atraer y mantener la atención del internauta… pero con estructura.
Crear espacios agradables y prácticos… con estructura.
Hacer fácil la navegación a base de estructura.
El diseño on-line tiene un claro componente estructural, que arma y comunica los distintos contenidos a transmitir. También un componente importante de usabilidad más allá del propio interfaz visible. Eso que llamamos arquitectura web, el cómo está ordenada y estructurada la información dentro del diseño de la interfaz. Para lograr que todo encaje se define previamente cómo va a funcionar y cómo se navegará por el sitio web (sin tener en cuenta en este punto su aspecto visual). Entendemos el término de estructura cuando nos referimos a las conexiones y relaciones entre las distintas páginas del sitio, pero una vez determinado, hay que centrarse en “lo visual” que está formado por un entramado de jerarquías tanto de espacio y color como de tamaño. Jugando con cambios tipográficos, rompiendo las cuadrículas y creando llamadas a nuevos enlaces. Usando la armonía y “tono” general para dar coherencia gráfica.
Lograr resultados positivos con un determinado diseño ya no es sólo cosa del diseño mismo. Si buscamos efectividad y respuesta hay que plegarse al mandato de “sus majestades los buscadores”.
Actualmente es imprescindible generar un buen posicionamiento. No basta con aplicar correctamente los estándares de HTML5 o PHP; además hay que hacer un serio trabajo “background” jugando con la semántica y los términos precisos. Se puede decir que en cada párrafo de información todo influye positiva o negativamente en el posicionamiento.
Es como condensar cada contenido en un anuncio por palabras.
Decir lo que queremos pensando en el posicionamiento.
Colocar elementos donde mejor posicionen.
Eliminar aquellos recursos que lastran el posicionamiento.
Todo, absolutamente todo es medible y controlable.
En la medida que entendamos cómo funcionan los buscadores, qué normas usan y qué cosas son incompatibles con ellos (eso sí, siempre y cuando los gigantes que controlan Internet no cambien drásticamente sus parámetros), más efectividad tendrá el diseño on-line. Con lo cual estamos obligados a “pasar por el aro”.
Diseño en entorno on-line:
1º posicionamiento.
2º estructura del contenido.
3º creación de la interfaz.
Se trata de dar el salto al ciberespacio, pero de la manera más controlada posible.
Manuel Guillermo Silva, entre otros, escribe acerca de la fusión de los espacios off-line y on-line: dentro de poco los clientes no distinguirán entre online y offline
Tenemos que romper las barreras y cambiar nuestra manera de presentarnos y vendernos al exterior, porque está claro que la línea que separa los dos mundos se ha diluido con claros ejemplos en el e-commerce y su relación con el punto de venta. Se puede decir que en breve, todos los caminos llevarán a Roma y hay que estar preparados.
Jorge González
Director de Arte