El Día Mundial de las ONGs se celebra para conmemorar la gran labor de las miles de ONGs que operan en todo el mundo. El origen de esta celebración se remonta al 17 de abril de 2010. En esta fecha se celebraba el IX Foro ONG del Mar Báltico. Un evento en el que los 12 países miembros, entre los que se encuentran: Estonia, Bielorrusia, Alemania, Finlandia, Noruega, Lituania, Dinamarca, Polonia, Letonia, Islandia y Rusia, se reunieron para analizar la situación de las ONGs. Durante el desarrollo de este Foro, el estudiante de derecho, Marcos Liors Skadmanis, fue quien llevó la propuesta de esta conmemoración, que posteriormente fue aprobada.
Las ONGs son organizaciones no gubernamentales que buscan contribuir con el fin social. Es decir, combatir injusticias sociales y mejorar el bienestar colectivo, dejando atrás la desigualdad en todos los ámbitos.
¿Qué relación tienen las empresas y las ONGs?
Como hemos tratado en posts anteriores sobre responsabilidad social corporativa, las empresas son conscientes de que tienen un impacto, que puede ser tanto positivo como negativo en el entorno en el que operan. Esa conciencia ha venido condicionada por una sociedad también concienciada con el entorno, agotada de la sobreexplotación del planeta, la contaminación, las desigualdades económicas y sociales y la vulneración de los derechos humanos.
Una vez que las empresas tomaron conciencia de las consecuencias de su actividad y de la responsabilidad que tienen de compensar los efectos negativos generados por su actividad, con impactos positivos, buscaron en la responsabilidad social corporativa la herramienta que necesitaban. Así nació la colaboración empresa-ONG, una relación que, además de ser positiva para la sociedad, es una relación de beneficio mutuo.
Por un lado, las empresas pueden ayudar a las Organizaciones No Gubernamentales a conseguir la financiación o la operativa que necesitan para poder llevar a cabo sus proyectos. Por otra parte, las empresas tienen la oportunidad de colaborar con ellas mediante distintas fórmulas:
- Aportaciones económicas: Las empresas aportan un porcentaje de sus beneficios o donan una cantidad determinada.
- Voluntariado: Las empresas ponen a disposición a sus empleados que, de forma voluntaria, llevan a cabo sesiones de trabajo altruista, para repercutir un bien a la sociedad.
- Aportación de recursos: Las empresas destinan una parte de su producción, para contribuir con la ONG. De este modo, ambas entidades se alinean para disponer de los recursos que uno produce y el otro necesita.
- Contribución con la cadena de suministros: La empresa facilita a la ONG poder efectuar procesos, que la empresa incorpora en su cadena de suministro. Este punto puede significar que la ONG disponga de tecnologías e innovaciones, que no podrían ser posible de ninguna otra manera.
Cualquier de estas fórmulas de colaboración o, incluso, la combinación de las distintas maneras de cooperación, tiene efectos beneficiosos para las empresas. Como veremos, estos beneficios, siguen la triple dimensión de la responsabilidad social corporativa (social, económica y medioambiental). Además, aporta a la empresa valor añadido, como veremos a continuación.
- Para empezar, el cumplimiento de los deseos de la sociedad, de que las empresas contribuyan con los objetivos sociales, supone para la empresa un impacto positivo en su imagen, lo que repercute en una buena reputación empresarial.
- También se puede dar el caso de que las empresas reciban beneficios fiscales. Por ejemplo, una reducción en el IRPF o en el impuesto de sociedades, en los casos en los que la colaboración consista en una donación económica.
- Por último, con la compensación de los impactos negativos o la reducción de estos, la empresa ayuda al medio ambiente.
¿Qué piensas de esta relación? ¿Crees que ambas partes ganan equitativamente? ¡Abrimos debate!
Andrea Arroyo
Técnico de Comunicación en Avance Comunicación