La situación de crisis sanitaria global se alarga en el tiempo y sus consecuencias económicas y empresariales ya se hacen notar de manera palpable. En este contexto, como ya explicábamos en nuestro artículo sobre comunicación de crisis en tiempos de coronavirus, dejar de ser visible no es una opción, ya que las marcas pueden perder valor, por lo que los diversos negocios deben planificar su presencia digital a través de diversos canales y soportes.
Es necesario especificar que, desde el punto de vista de la comunicación corporativa, en esta crisis hay dos etapas: la etapa de la propia crisis, con el cierre y la paralización temporal de las actividades no esenciales y la etapa poscrisis, que aún no se ha definido cómo se producirá, aunque, previsiblemente, deberá ser de forma ordenada y escalonada, para evitar rebrotes del Covid-19.
Comunicación externa en la etapa de crisis sanitaria
Durante la etapa de la crisis, la ciudadanía, en su gran mayoría, se ha visto obligada a permanecer confinada en casa. Esto provoca, a nivel general, una serie de cambios en la percepción de los receptores y también en sus hábitos de consumo, que deben ser tenidos en cuenta a la hora de comunicar.
El consumo de Internet (medios de comunicación, series y películas, redes sociales, juegos, etc.) ha crecido exponencialmente y las compras online, de alimentos, por ejemplo, también se incrementan notablemente. Es importante destacar que muchos de los consumidores están recurriendo al ecommerce por primera vez y consolidando su confianza en esta forma de consumo. El teletrabajo y la formación online propician, además, unos cambios de hábitos que quizá lleguen a prolongarse más allá de la crisis.
En cuanto a la percepción de la ciudadanía, la fuerza de lo colectivo, de la solidaridad, de la resiliencia, de la creatividad son valores al alza, así como es penalizada cualquier actitud contraria a las normas, el aprovechamiento de esta situación para beneficio propio, etc.
La comunicación de las empresas, en este contexto, debe proporcionar valor, difundir información relevante y útil, contenidos que conecten con las personas. Las marcas pueden hacerse fuertes en esta situación, siempre que utilicen la comunicación para mostrar su adaptación al cambio y a las circunstancias actuales, así como su predisposición para ser útiles, tanto para las personas, como para la sociedad. La utilización de la comunicación como mero vehículo de promoción será, sin embargo, sancionada por los públicos.
El contenido y el mensaje, por lo tanto, deben cuidarse con especial detalle, buscando la empatía y la conexión con un público hipersensibilizado, siempre con transparencia y sinceridad. Las marcas deben dar a conocer su cara más solidaria y, por tanto, mostrar las acciones llevadas a cabo para contribuir de forma positiva, cada uno dentro de sus posibilidades y su marco de actividad: producción de EPIS o suministros básicos, ofrecer servicios gratuitos o de ayuda, flexibilizar las condiciones de pago, etc.
Preparar la comunicación para la etapa poscrisis
Una vez que desaparezca el estado de alarma y que la normalización vaya llegando, de forma paulatina, es previsible que los sectores más afectados por la crisis sanitaria, vayan recobrando su actividad. Algunos de ellos, problemente, verán incrementada notablemente su demanda, debido a las carencias provocadas por el largo confinamiento: ocio, viajes, moda, salud y fitness, cultura y espectáculos, etc.
En ese momento, las marcas aún no deberán abandonar el tono adquirido durante la etapa de la crisis y tendrán que continuar fortaleciendo el vínculo con las personas. La comunicación corporativa tendrá que ir adaptándose, poco a poco, a las diversas etapas de normalización, combinando el apoyo a la sociedad y/o al individuo como valor primordial, adquirido durante la crisis, con el incentivo hacia la reactivación de la economía, el consumo y la actividad empresarial. Esa transición deberá ser cuidadosa, siendo capaces de transmitir que la activación de los negocios no es una cuestión de oportunismo, sino de beneficio y riqueza para toda la sociedad.
Las marcas, por lo tanto, tienen un importante reto y un largo camino que recorrer, adaptando su comunicación empresarial a las circunstancias, etapas y cambios provocados por una crisis sin precedentes, en la que todos vamos marcando el rumbo y aprendiendo, en función de la evolución de los acontecimientos.
Noelia Perlacia
Socia y DIRCOM de Avance Comunicación
Interesante artículo sobre la comunicación corporativa, sobre todo en este momento tan particular y específico que nos toca vivir.