¿Crees que no es posible? ¿Qué la imagen personal de una celebrity no tiene nada que ver con la realidad de cualquier marca personal o corporativa? Te equivocas… en este post hablaremos de lo que Tamará Falcó te puede enseñar sobre marca personal.
Si no te has enterado de que Tamara Falcó ha dejado a su novio Iñigo Onieva por infiel, es que no estás en este mundo…
¿No sabes quién es Tamara Falcó? Peor aún…
Empecemos por el principio: Tamara Falcó es una de las hijas de Isabel Preysler, reina de la prensa del corazón durante décadas y Carlos Falcó, Marqués de Griñón. Resumiendo mucho, era conocida por ser “hija de” e imagen de diversas marcas, hasta que decidió participar en Master Chef y tener su propia serie documental, ampliando, notablemente, su popularidad y su entidad propia como marca.
Tamara es muy pija (dicho solo a modo descriptivo y no ofensivo), católica practicante (ultracatólica, según algunos), marquesa por herencia de su padre y rica, muy rica.
Contra todo pronóstico (algunas de sus características podrían suscitar ciertos recelos o rechazo), su gran mérito es que provoca simpatía, empatía y gran interés… hasta tal punto, que la ruptura con su pareja ha trascendido los muros de la prensa rosa y la tele del cotilleo y ha llegado a las columnas de los diarios de información general y las tertulias de radio… ¿Cómo es posible?
Tamara está gestionando su marca personal de forma muy acertada. Su participación en Master Chef y sus colaboraciones semanales en el programa de Antena 3 El Hormiguero la han acercado a un público muy amplio, que ha terminado simpatizando con su forma de ser: una mezcla de la ingenuidad de quien se ha criado entre algodones, con bastante naturalidad y un cierto punto de sencillez, a pesar de todo (aunque algunos lo llamarían simpleza). Y todo esto, además, no ha conseguido alejar su imagen de las marcas de lujo, que la reclaman cada vez más.
El último episodio de su vida ha sido trending topic durante días, comentándose, además, en todo tipo de medios de comunicación. Su novio, Iñigo Onieva, niño bien, empresario de la noche y rey de la fiesta a partes iguales, aparece en un vídeo besando a otra y se produce la gran ruptura, con un ingrediente adicional: dos días antes habían anunciado su compromiso matrimonial. ¿Quién da más?
Los ingredientes de la marca personal de Tamara Falcó
Tamara Falcó reúne diversos ingredientes que la han convertido, al menos de momento, en el centro de atención para muchos públicos y una marca en sí misma. Es evidente que algunos de ellos ya le vienen de cuna, lo cual es una casualidad del destino y no un mérito, pero, sin duda, no todas las personas que parten con ventaja saben aprovecharla convenientemente (véase el caso de otros “hijos de”, como Victoria Federica de Marichalar y Borbón)
- Imagen perfecta. Su imagen está extremadamente cuidada y siempre es adecuada para cada ocasión, ya sea un simple paseo con su mascota o un posado frente a un photocall.
- Comunicación verbal. Su tono de voz aniñado y la forma en la que se expresa (pija pero no repelente), incluso con cierto punto de gracia, en ocasiones, forman parte de su personalidad y siempre suman.
- Comunicación no verbal. Tamara tiene una gran expresividad, especialmente en sus ojos y acompañada por sus gestos. Esto facilita la comunicación y la conexión con el público.
- Modelo aspiracional. Nos guste o no, en el fondo admiramos esas vidas supuestamente fáciles de algunos personajes, llenas de lujo y glamour. Ese es el éxito de muchos influencers, con su “postureo” en las redes sociales. Podemos admirar a ciertas marcas personales por diferentes aspectos: su modo de vida, sus conocimientos, su personalidad, su profesión, su físico…
- Empatía. A pesar de lo alejada que pueda parecer su vida de la del común de los mortales, Tamara proyecta historias con las que la audiencia se siente identificada: engordó 20 kilos debido a un problema de tiroides y a episodios de ansiedad; ha tenido diversas parejas fallidas, la última con un episodio público de infidelidad; con casi 40 años descubrió una pasión tardía por la cocina y decidió formarse como chef, etc.
- Naturalidad. Tamara proyecta naturalidad, al margen de que sus intervenciones públicas estén o no preparadas, siempre se muestra como una persona cercana, educada y espontánea, que no evita hablar sobre su vida personal y profesional.
- Coherencia. Cada paso en la construcción de su marca personal es coherente con sus circunstancias personales y con su vida. Esto provoca que amplíe el interés en diversos tipos de audiencia (y por tanto de marcas) sin dejar de lado las marcas de lujo a las que es asidua.
¿Puedes aplicar estas características a tu marca personal?
Noelia Perlacia
Socia y dircom en Avance Comunicación