El lenguaje inclusivo es un tema polémico pero muchas marcas lo están utilizando y en función de su uso, tiene unas consecuencias para la imagen de la marca, por lo que es importante hablar de ello y analizarlo.
Lo primero que hay que decir es que el lenguaje inclusivo solo lo es en cuanto al género y este es únicamente uno de los varios aspectos que hay que tener en cuenta a la hora de desarrollar una estrategia de marketing y comunicación inclusivos.
La ONU define el lenguaje inclusivo de la siguiente manera: “Por ‘lenguaje inclusivo’ en cuanto al género” se entiende la manera de expresarse oralmente y por escrito sin discriminar a un sexo, género social o identidad de género en particular y sin perpetuar estereotipos de género”.
La RAE, por su parte, levantó todo tipo de críticas y apoyos hace unos meses, por el mensaje que lanzó en su perfil de Twitter, en respuesta a una consulta de un usuario. Su respuesta fue: “Lo que comúnmente se ha dado en llamar ‘lenguaje inclusivo’ es un conjunto de estrategias que tienen por objeto evitar el uso genérico del masculino gramatical, mecanismo firmemente asentado en la lengua y que no supone discriminación sexista alguna”.
Diferentes usos del lenguaje inclusivo en la comunicación corporativa
Dentro del lenguaje inclusivo, hay diversos grados:
- El uso de la @ y la X para sustituir la letra del género masculino cuando se utiliza para referirse a ambos géneros en conjunto: amig@s, alumnXs, etc. Esto se complica cuando construimos una frase completa: L@s alumnXs saldrán tod@s juntXs. Se utiliza, pero no es correcto.
- El desdoblamiento, es una de las fórmulas más habituales, utilizando la versión masculina y femenina de la palabra. No es incorrecto, pero va en contra de la economía del lenguaje y no debemos olvidar que el lenguaje está al servicio de la comunicación. Utilizar esta fórmula en todas las palabras puede resultar algo farragoso: Los alumnos y las alumnas saldrán todos y todas juntos y juntas.
- Una fórmula más respetuosa con el lenguaje es la búsqueda de términos alternativos. Por ejemplo, al hablar de los empleados, utilizar fórmulas como “las personas que trabajan en la compañía” o en lugar de “es un gran logro para el hombre”, utilizar “es un gran logro para la humanidad”; sustituir “Al interesado” por “a quien le pueda interesar”, etc. Es decir, buscar expresiones que engloben los géneros sin recurrir al masculino o el femenino.
- La fórmula de la utilización de la “e” para crear un género neutro, como cuando se oye decir: “los niños, las niñas, les niñes”, sería otra de las opciones que se usan hoy en día. En este caso estamos hablando de una opción vinculada al pensamiento queer, por lo que es decisión de las marcas identificarse o no con esta opción.
Hay muchos aspectos a tener en cuenta en el lenguaje inclusivo. La ONU tiene información y recursos en su página web.
El lenguaje es una herramienta al servicio de la comunicación humana. Esa es su función y si se hace uso interesado y partidistas, se distorsiona esa utilidad. No obstante, el lenguaje está vivo y evoluciona según las necesidades sociales y las formas de expresión de la gente, por lo que si, realmente, estos cambios en el lenguaje son interiorizados y utilizados de forma generalizada por la población, se incorporarán sin problema y serán reconocidos como tal, pero eso no se puede forzar y necesita su tiempo.
La RAE, en este sentido, hace la siguiente reflexión: “Entre las tareas de la Academia relativas al buen uso del español está la de recomendar y desestimar opciones existentes en virtud de su prestigio o su desprestigio entre los hablantes escolarizados. No está, en cambio, la de impulsar, dirigir o frenar cambios lingüísticos de cualquier naturaleza. Es oportuno recordar que los cambios gramaticales o léxicos que han triunfado en la historia de nuestra lengua no han sido dirigidos desde instancias superiores, sino que han surgido espontáneamente entre los hablantes”.
Es importante no corromper el lenguaje. Lo realmente útil es aplicarlo correctamente en cada momento, pero cada marca tiene que analizar su caso en particular. No obstante, de todas las fórmulas actuales, sin duda la más respetuosa con el lenguaje sería la de buscar términos alternativos. Las marcas tienen, entre otras responsabilidades, la de utilizar correctamente el lenguaje y ser ejemplo en este sentido.
Noelia Perlacia
Socia y dircom Avance Comunicación