En el post de la semana pasada o iniciamos en el mundo del e-mail marketing que, como os decíamos, es una de las estrategias de comunicación, marketing y ventas más utilizada, debido a la posibilidad de segmentar los envíos, la inmediatez del canal y el coste asequible de esta estrategia frente a otras. Y estas son solo algunas de las múltiples ventajas que tiene el e-mail marketing pero, en esta ocasión, queremos daros unas recomendaciones para poder hacer envíos de e-mail que sean efectivos y puedas conseguir sacarles su máximo potencial.
¿Qué tipos de envíos podemos realizar?
Como avanzamos en el anterior post, un e-mail puede ser de varios tipos, según la función o el motivo que tenga:
– Newsletter: Es el tipo de e-mail marketing más clásico. Se envía de forma periódica y consiste en un boletín informativo con información relevante respecto a un tema o varios, de interés para los receptores.
– Invitación: Se trata de una convocatoria para el receptor, con el objetivo de invitarle a un evento o a cualquier otro tipo de actividad.
– Promoción: Su objetivo no es otro que vender. En este tipo de envíos destacan las campañas estacionales, es decir, aquellas campañas realizadas con motivo de una festividad o evento especial (Navidad, Black Friday, Ciber Monday…)
– Informativo: Tiene contenido informativo relevante para una marca. Tiene el objetivo de mantener interesados e informados a los receptores.
Partes de un e-mail
A la hora de elaborar una campaña de e-mail marketing es muy importante la elaboración y la redacción del contenido, para que sea efectivo. Para ello, es importante conocer las partes que lo componen.
Remitente: en función del objetivo, será más conveniente que aparezca el nombre de la empresa o de una persona en concreto. La dirección de mail desde la que se realiza el envío debería ser corporativa: evita gmails, hotmails, etc. para las comunicaciones profesionales, porque no contribuyen a la imagen de tu marca.
Asunto: Es uno de los aspectos más importantes del e-mail, ya que determinará si el receptor leerá el mensaje o no. Se trata del primer impacto que el receptor encuentra al ver el mensaje en la bandeja. El asunto debe de ser claro, original y llamativo para que consiga captar la atención del usuario y llegue a abrirlo.
Encabezado: Puede incorporarse el logo de la marca y, si se tiene, el eslogan del negocio. Sin embargo, en ocasiones, puede ser conveniente no incluirlo para quitar formalidad a la comunicación y que resulte más natural.
Introducción: Hace referencia a las primeras líneas del texto. Estas líneas son decisivas para que el usuario continúe leyendo o elimine el correo.
Cuerpo del mensaje: Este es el motivo de nuestra comunicación. Se debe destacar todo aquello que queramos transmitir en el mensaje que sea de valor para el emisor.
Call to action: La llamada a la acción, debe incitar al usuario a hacer algo: que el usuario haga clic a un enlace, solicite una determinada información, realice una compra o que se acceda a nuestra página web.
Redes sociales: Incluir el acceso a las redes sociales en esta y en general, en todas las comunicaciones puede ayudar a generar una comunidad a la que mantener informada y con la que estar en contacto por los distintos canales de los que la marca disponga. No obstante, si puede suponer una distracción del objetivo principal del mail, es mejor no incluirlas.
Footer: Es el pie del mensaje y debe aparecer la información relacionada con nuestra empresa. También, se debe incluir la política de privacidad y lo más importante, un enlace que ofrezca al usuario la posibilidad de darse de baja en nuestra base de datos. Al igual que en el caso del encabezado, si la idea es transmitir la máxima cercanía y naturalidad, puede ser conveniente no incluirlo, a no ser que estemos manejando un envío muy corporativo y oficial.
Completar estos elementos con información de interés expresada de forma clara, sencilla y directa. Esto ayudará a crear una gran relación con el usuario, que percibirá a la marca como confiable, valiosa y, por tanto, no eliminará el mensaje.
Pero, además de la relevancia del contenido, es fundamental la consistencia de los envíos a lo largo del tiempo. Un envío puntual no sirve de casi nada, por lo que lo fundamental es la repetición. La perseverancia es el mejor aliado del e-mail marketing, ya que te ayudará a mantenerte presente en la mente de tus receptores.
Ahora que ya sabes cómo evitar la papelera o la carpeta de spam, no dudes en poner en práctica tus nuevas habilidades y conocimientos. ¡Desarrolla tu negocio con esta gran estrategia!

Andrea Arroyo
Técnico de Comunicación en Avance Comunicación