El vídeo es, hoy en día, uno de los principales formatos dentro de las estrategias de contenido de las marcas. Los vídeos corporativos permiten llegar más fácilmente a las generaciones jóvenes y es un formato que favorece un consumo sencillo y rápido de contenido, adaptable a todo tipo de objetivos de marketing y comunicación.
Según estudios de Hubspot, más del 50% de los consumidores quieren ver vídeos de las marcas y más del 80% de las marcas desarrollan estrategias específicas de vídeo. Las redes sociales basadas en contenido audiovisual como Tiktok crecen exponencialmente (Tiktok ya crece por encima de Youtube), Instagram Reels es tendencia desde hace tiempo e, incluso, Facebook ha anunciado que integrará Reels para poder competir con Tiktok.
En realidad, el video marketing no es más que el uso de piezas audiovisuales para la promoción de marcas o productos y servicios y, actualmente, las posibilidades de creación y difusión de estos contenidos son muy amplias.
Definir la estrategia de vídeo marketing
Como en cualquier otra estrategia, lo primero que debes definir es el objetivo de tus vídeos corporativos y el público al que se dirigen.
Tus vídeos corporativos pueden estar concebidos para dar a conocer la identidad corporativa de la marca y su actividad, a modo de contenido institucional; pueden ser promocionales, enfocados a un servicio o producto concreto y a dar a conocer sus beneficios; pueden ser ilustrativos de un evento concreto, a modo de resumen; pueden ser testimoniales, reflejando la experiencia de clientes, expertos, empleados, etc.; pueden ser también formativos o divulgativos, ofreciendo contenidos que informan sobre diversas materias…
En definitiva, tener claro el objetivo y el público, es la base más importante para poder definir el contenido con claridad y con creatividad.
Tema, contenido y guion de los videos corporativos
Una vez que hemos definido el objetivo y el público, llega la hora de desarrollar el concepto y contenido de la pieza audiovisual. ¿Qué queremos decir?
La temática nos llevará a desarrollar los mensaje principales que deben estar contenidos en el vídeo y su narrativa, así como el estilo textual y el tono que se utilizará para plasmar esos mensajes.
Todo ello debe quedar plasmado en un guion bien elaborado, en el que queden definidos todos los contenidos y los aspectos técnicos necesarios: planos a grabar, clips obtenidos de banco de imagen, locución, recursos sonoros como música o efectos, recursos visuales y animaciones, etc.
Producción y postproducción del vídeo corporativo
Cuando ya tenemos una visión completa de los contenidos y recursos necesarios, llega la hora de producir el vídeo, realizar las grabaciones, si fuesen necesarias, tanto de imagen como de locución y la recopilación de clips, imágenes… todos aquellos recursos contemplados en el guion.
Con todo el material listo, comienza la fase de edición. En este proceso se aplican todos los procesos necesarios para llegar al producto final, creando la pieza audiovisual, tal y como está planteada en el guion original.
Todos estos procesos dependen, lógicamente, de la complejidad del vídeo y de los recursos necesarios. Un vídeo puede ser algo tan sencillo como una sucesión de imágenes fijas con efectos de movimiento, textos explicativos y música de fondo o una gran producción que requiera, incluso, un casting para elegir actores y extras.
Al margen de los recursos técnicos necesarios, lo fundamental para el éxito de un vídeo es su planteamiento creativo, para que sea llamativo, impactante y recordado.
Distribución de piezas audiovisuales
La distribución de vídeo tiene, hoy en día, numerosas opciones, bien sean redes sociales, soportes corporativos como web o blog, medios de comunicación, etc. Una buena estrategia de video marketing deberá, por supuesto, contar un plan de distribución adecuado, para alcanzar a los públicos a los que se dirige y conseguir sus objetivos.