Las marcas que realmente construyen valor y que cuentan con una excelente reputación de marca son las que entienden que la comunicación no es solo difundir contenido: es crear influencia de forma paulatina y estratégica, que impacte positivamente en el negocio.
Y si hablamos de influir, pocas herramientas lo hacen tan eficazmente y de forma tan complementaria como estas tres:
Relaciones con medios
Marketing de contenidos
Eventos corporativos
Estas tres palancas, bien trabajadas y coordinadas, pueden amplificar la voz de la marca, consolidar su posición en el mercado y reforzar su reputación desde distintos ángulos. Veamos por qué.
1. Relaciones con medios: autoridad, legitimidad y confianza en juego
La cobertura mediática no ha perdido peso: ha ganado sofisticación. En un entorno donde cualquiera puede emitir mensajes, la validación de un medio sigue siendo un poderoso marcador de credibilidad, aunque la confianza en los medios haya decrecido drásticamente en los últimos tiempos, debido a la polarización y a la proliferación de noticias falsas o poco contrastadas.
Sin embargo, para la comunicación de las marcas sigue siendo un factor diferenciador, que aporta prestigio y relevancia a la imagen de la marca, además de visibilidad.
- Las entrevistas, tribunas, reportajes o menciones en medios de referencia posicionan a la marca como voz autorizada en su sector.
- Además, permiten impactar públicos estratégicos (stakeholders, inversores, reguladores, talento) con un efecto multiplicador.
Bien gestionadas, las relaciones con medios no son tácticas: son diplomacia corporativa.
2. Marketing de contenidos: la marca que enseña, conecta
Frente al discurso puramente comercial, el contenido con valor se impone como vehículo de relación continua entre las marcas y los públicos. Cuando una marca enseña, inspira o resuelve, gana relevancia más allá de su producto.
- Blog, vídeos, newsletters, podcasts o infografías permiten explicar el propósito, la visión y el saber hacer de la organización, pero sobre todo: conocimiento y experiencia, generando comunidad.
- Además, el contenido propio refuerza el control sobre la narrativa y actúa como activo reputacional de manera permanente.
El contenido es la voz editorial de la marca. Es donde se construye confianza de forma orgánica.
Por otro lado, el contenido, habitualmente, se difunde en plataformas y soportes propios, por lo que es controlado, directamente, por la propia marca, sin depender de terceros.
3. Eventos corporativos: la experiencia que convierte relato en vínculo
Ya sean foros, lanzamientos, congresos, premios, encuentros internos, eventos de RSC o patrocinios, etc., los eventos siguen siendo una herramienta clave porque activan la marca en su dimensión experiencial y la convierten en algo tangible para sus públicos, lo cual es especialmente importante en empresas de servicios, por ejemplo.
- Permiten crear momentos memorables, conectar personas y aterrizar mensajes clave en un entorno emocionalmente cargado.
- Un evento bien diseñado combina storytelling, relaciones públicas y cultura organizativa en un solo acto, logrando un efecto de recuerdo a medio largo plazo y el consiguiente vínculo con el público.
Los eventos no solo visibilizan a la marca, la hacen vivir.
¿Por qué coordinarlos?
La verdadera potencia de estas herramientas no está solo en su uso individual, sino en cómo se articulan entre sí:
- Un contenido bien posicionado puede alimentar una nota de prensa o una ponencia en un evento.
- Un evento puede generar material exclusivo para medios y piezas de contenido posterior.
- La presencia en medios valida el contenido que se genera y lo amplifica.
Cuando hay estrategia y coordinación, el mensaje se convierte en un ecosistema narrativo completo, al servicio de la marca y de su crecimiento y consolidación.
Las marcas que destacan no son necesariamente las que más comunican, sino las que activan sus herramientas con sentido, foco y coherencia. En un entorno en el que cada mensaje compite con otros miles, ganar visibilidad no basta: hay que merecer la atención y sostener la percepción.
Por eso, las relaciones con medios, el marketing de contenidos y los eventos corporativos no son herramientas del pasado: son los pilares sobre los que se construye el presente —y el futuro— de la comunicación estratégica.
