Los últimos acontecimientos ocurridos en aguas cercanas a Ceuta y Melilla y la tragedia de los inmigrantes muertos al intentar pasar la frontera y entrar en España ha provocado ríos de tinta en los medios de comunicación y un cruce incesante de declaraciones y contradicciones entre los políticos de diversos partidos, representantes de la Guardia Civil, etc. La conclusión de todo ello: el debate político y por tanto la comunicación en política no está casi nunca a la altura de las circunstancias en los últimos tiempos.
Por definición la comunicación es un modo de acercar a los individuos, de informar, de transmitir conocimiento, etc. pero el único uso de la comunicación en política está siendo el intercambio de reproches entre partidos, su uso como arma arrojadiza y el intercambio de dimes y diretes: “tú dijiste, pues tú más y tú diez veces más….”, en un triste espectáculo de patio de colegio ocupado por adultos con representación y responsabilidad del más alto nivel.
El uso de la hemeroteca para buscar las declaraciones del opositor cuando estaba en el poder y viceversa se convierten en la estrategia burda y chabacana de unos políticos (todos en general, con contadísimas excepciones) y de unos asesores que manejan la comunicación como arma propagandística y de descrédito hacia el contrario, en lugar de ser una herramienta al servicio de una información responsable y veraz.
Quizá estamos viviendo en la utopía, pensando que la comunicación en política debe estar al servicio del ciudadano. Y si a todo esto se le une el servilismo ideológico atroz que muestran la mayoría de los medios de comunicación, siendo utilizados como meros transmisores de propaganda electoral permanente, el panorama es francamente desolador.
¿Para cuándo una estrategia de comunicación en política con criterios de responsabilidad, eficacia y servicio público? Dependerá únicamente de la altura, responsabilidad y criterio de los políticos de este país. Quizá algún día…
Fuente imagen: http://tecnicasdelocucionypni.blogspot.com.es/2010/05/perfil-de-un-buen-orador.html (etiquetada para reutilización no comercial)
No falla la comunicación solamente, que también, sino que falla todo el modelo democrático, que permite ocupar cargos políticos a unos ciudadanos poco preparados para el cambio, incompetentes y que han permitido que se produjera la peor crisis de los últimos años. Hoy en día, los políticos se han profesionalizado y, a su vez, han “patentado” su modus operandi, creyéndose los dueños de la verdad (yo le llamo soberbia), consistente en actuar según su único criterio, esto es, sin contar con la sana opinión de los que tienen sentido común y, para aderezarlo, imprimiendo en ello una elevada corrupción… que ni siquiera les da vergüenza cuando los pillan. ¿Falla la comunicación? No, no. Falla el sistema. A esta democracia, gestionada por incompetentes, Franco ya la bautizó. Se llamaba democracia orgánica. Ya que la aristocracia (el poder para el que más sabe) es una utopía, o no es fácilmente aplicable, creo más en un sufragio censitario que permita que al poder accedan personas íntegras, bien remuneradas, bien preparadas y con suficiente entidad y valentía para decir que no cuando sea necesario. Y ello sería fácil si se tuviera en cuenta, a la hora de ejercer el voto, la capacidad de cada uno y su expediente fiscal, es decir, que no sea analfabeto y que esté al corriente de todos los pagos a la Administración Pública. El voto sería de más calidad y evitaría que llegaran al poder muchos miserables amparados en su pleitesía al que manda en un partido. ¿Falla la comunicación? No, ellos comunican como saben y pueden, incluso con discurso coherente. Lo que falla es el sistema. El maldito sistema que, a pesar de ser democrático, cuando afirmas lo que ahora estoy afirmando yo, más de uno me quemaba en la hoguera. ¡Bendita libertad democrática!
Y acabo con dos palabras: Perestroika y glasnost, de Gorbachov. Simplemente significaban reestructuración y transparencia. Sobran las palabras. ¡Pues eso es lo que nos falta!
Gracias por tus comentarios Francisco. Por la temática de este blog, dirigida exclusivamente a la temática del marketing y la publicidad, en el post nos limitamos a analizar el planteamiento que se hace de la comunicación desde el mundo de la política y lógicamente se pueden aportar otros muchos puntos de vista desde otras ópticas distintas.
Muy acertada tu exposición y diferenciar política de políticos. Los segundos declaran practicar la primera cuando muchos parecen no saber ni lo que es, confundiéndola con una carrera para llegar a posiciones que les permitan proyección (de futuro, de decisión, de consideración, …). De todas formas, también hay que recordar a los votantes, los que dan razón de ser a la política en un régimen democrático, que lo que comunican los políticos en periodo electoral, su momento crítico, debe ser validado después y a veces el beneficio ofertado ni siquiera tiene base. Si una marca promete beneficios que su producto no contiene, sus ventas caen frente a su competencia porque su reputación se arruina, y si el engaño o la carencia se extiende a la categoría de producto, se prescinde de ella. No hay muchas diferencias entre política y mercado: los consumidores son los mismos como lo es su dinámica.