Los medios de comunicación y la profesión periodística viven, desde hace años, una situación compleja. Conciliar su función social, manteniendo a la sociedad convenientemente informada, con su viabilidad económica resulta complejo y ha puesto al periodismo profesional en dificultades.
Esta situación tiene varios componentes a tener en cuenta. Por un lado, desde hace algunos años, se ha venido produciendo una pérdida de confianza en la información de los medios, agravada por la saturación de información y contenido desde todos los soportes digitales, incluidas las redes sociales. Por otro lado, la rentabilidad de los medios, en general, ha disminuido, especialmente en el caso de los medios impresos y el pago por noticias no obtiene los resultados deseados.
La competencia por la inmediatez y la atracción de audiencia también trabaja en contra del periodismo profesional y la información de calidad y, de forma paralela, las fake news campan a sus anchas en el ecosistema digital.
Periodismo de calidad frente a saturación y noticias falsas
La pandemia desatada en 2020 ha contribuido a cambiar, en cierto modo y de forma limitada, la situación, ya que los ciudadanos han incrementado en este periodo, especialmente durante el confinamiento, el consumo de medios de comunicación y este hecho frenó la caída de su credibilidad.
Sin embargo, las generaciones más jóvenes y su modo de consumo de contenido no contribuyen positivamente: se caracterizan por un gran desinterés hacia los medios, no tienen confianza en ellos y presentan un consumo muy superior de contenidos en redes sociales y otros soportes digitales.
El estudio Digital News Report España 2021 refleja claramente todas estas tendencias, basadas en más de 2.000 encuestas a usuarios españoles. En este contexto, los medios de comunicación, el periodismo y todos los profesionales del sector se plantean diferentes fórmulas para reconducir la situación.
Una labor informativa de calidad es la mejor “vacuna” frente a las noticias falsas. El periodismo de datos, se ha convertido en una tendencia creciente, combinando la narrativa propia del periodismo con el análisis de datos, facilitado por la tecnología. Sin embargo, la situación probablemente no se revertirá si no se produce un control efectivo de las propias plataformas digitales sobre la veracidad de los contenidos difundidos.
Compañías como Facebook han llevado a cabo iniciativas en este sentido, pero, realmente ¿están interesados en realizar este control? Desde un punto de vista ético y de responsabilidad corporativa, así debería ser, pero, al fin y al cabo, todas las plataformas digitales son empresas y, como tal, buscan su rentabilidad, que pasa por la publicación masiva de contenido y atracción de audiencia que pueda ser monetizada en forma de ingresos publicitarios.
Cómo influye la situación de los medios en la comunicación corporativa
El nacimiento de todos los nuevos soportes informativos digitales ha sido, sin duda, muy positivo para las marcas y su comunicación corporativa, ya que ofrece mayores posibilidades de visibilidad. Por supuesto, también se han ampliado las opciones de pago, combinando los contenidos en formato publicitario y los contenidos redaccionales o contenidos de marca.
Sin embargo, las marcas deben tomar también conciencia de su responsabilidad como fuentes de información y contenido. La veracidad, la transparencia y la información de calidad, que aporte valor real y utilidad, deben presidir la actividad comunicativa de las marcas, contribuyendo de forma activa, tanto a la función social informativa de los medios, como a su viabilidad económica, a cambio de la notoriedad que dichos medios les proporcionan.
Todos los sectores implicados deben asumir su parte de responsabilidad: los medios de comunicación ejerciendo sus funciones con la máxima profesionalidad; las marcas, contribuyendo de forma activa y responsable, tanto con sus acciones, como con sus contenidos; las plataformas digitales, ejerciendo un control responsable y, por último, pero no menos importante, los usuarios, consumiendo el contenido con el máximo sentido crítico. Una sociedad bien informada, es más fuerte, menos manipulable y más democrática.
Noelia Perlacia
Socia y Dircom Avance Comunicación