El contenido propio se ha convertido en una de las herramientas más eficaces para diferenciar y posicionar marcas. Para los directores de marketing y comunicación, construir un sistema que permita generar contenido relevante, coherente y adaptable a múltiples canales no es solo una ventaja: es una necesidad estratégica para conseguir visibilidad, posicionamiento y confianza.
Por qué el contenido propio es clave en la construcción de marca
El contenido no es solo un vehículo informativo; es una expresión activa del posicionamiento de marca y de su conocimiento. A través de él, una empresa puede mostrar su propósito, experiencia y personalidad, reforzando su diferenciación frente a los competidores.
Un contenido bien pensado:
- Construye autoridad y credibilidad en el sector.
- Mejora el posicionamiento orgánico en buscadores (SEO).
- Facilita la conexión con audiencias clave.
- Refuerza los valores y la narrativa de marca.
Fase 1: Estrategia y foco temático
Antes de escribir una sola línea de contenido propio, es fundamental alinear los objetivos de negocio con la estrategia editorial. Para ello debes hacerte algunas preguntas:
- ¿Qué temas están directamente alineados con nuestro propósito y propuesta de valor?
- ¿Qué preguntas o problemas de nuestros públicos podemos ayudar a resolver?
- ¿Cómo queremos que se perciba nuestra voz y estilo?
Debes definir varios territorios temáticos de marca o pilares de contenido. Para que tus contenidos giren alrededor de esos temas, que coincidan con el propósito la misión y los valores.
Fase 2: Diseño del proceso de creación de contenido
Un proceso claro facilita crear contenidos propios con consistencia y de forma escalable. Aquí tienes una estructura básica:
- Identificación de oportunidades: Escucha activa de tendencias del sector, dudas del cliente, preguntas frecuentes, noticias del sector. Todo ello puede servirte de inspiración y punto de partida para tus contenidos.
- Generación de ideas: Puede ser útil crear un comité editorial para que surjan y se compartan ideas alrededor de las temáticas generales a tratar.
- Creación de borradores base: Redacción de un “núcleo de contenido” (un artículo largo o documento matriz), que sirva como base para luego generar piezas más pequeñas, adaptadas a los diferentes canales y formatos.
- Revisión y edición cruzada: Asegura que el tono, estilo y mensajes están alineados con la estrategia general de marca y negocio.
- Validación y calendarización: Define fechas de publicación, formatos y canales.
Fase 3: Multiplicación de formatos y adaptación por canal
Un buen contenido se multiplica. A partir del contenido base elaborado en la fase anterior, se pueden generar:
- Post de blog (versión completa y extractos).
- Podcast (si es que utilizas este canal)
- Piezas para redes sociales (infografías, citas destacadas, píldoras de vídeo, etc.)
- Newsletters internas o externas.
- Notas para prensa o medios sectoriales, cuando el contenido incluye aspectos innovadores, noticiosos y relevantes.
- Contenido para presentaciones corporativas, seminarios, jornadas, etc.
La clave es adaptar el mismo mensaje al lenguaje, formato y comportamiento de cada canal:
Canal | Formato sugerido | Enfoque |
Blog corporativo | Artículo largo, profundo | Autoridad y profundidad |
Extractos, slideshows, videos breves | Profesional e inspirador | |
Otras redes | Reels, historias, frases clave | Emocional y humano |
Newsletter | Resumen + llamada a la acción | Curado y contextualizado |
Prensa | Nota ejecutiva, tribuna de opinión | Formal y argumentativo |
Fase 4: Medición y optimización
Todo el contenido propio debe ser medido con indicadores claros, según su propósito:
- Visibilidad: visitas, impresiones, alcance, búsquedas.
- Interacción: clics, compartidos, comentarios, me gusta.
- Conversión: registros, leads, contactos.
- Reputación: menciones, backlinks, percepción cualitativa.
Usa los resultados no solo para reportar, sino para ajustar temas, formatos y tono.
Crear contenido propio no es una acción aislada de comunicación, sino un sistema vivo que fortalece el posicionamiento y aporta valor a todos los públicos de interés. Con una estrategia clara, un proceso estructurado y una mentalidad de reutilización inteligente, cualquier organización puede convertirse en un referente conversacional en su sector.
