Hace unos días, buscando artículos sobre el marketing y la comunicación, encontré en marketingsemanal.com una interesante entrevista a Alberto Calcerrada, dircom de TRIVAGO España. En ella, Alberto Calcerrada realizaba una afirmación con la que no puedo estar más de acuerdo: “La comunicación corporativa que realizan algunas empresas está muy pasada de moda”.
El director de comunicación de TRIVAGO basaba su afirmación en el hecho de que la mayoría de las empresas no analizan si la información que difunden es verdaderamente de interés para los medios de comunicación y para el público, sino que sólo piensan en sus propios intereses.
Tras más de una década dedicada a la comunicación corporativa, doy fe de que tal afirmación es totalmente cierta: algunas empresas siguen sin distinguir el límite entre la información y la publicidad. Como explicaba Alberto Calcerrada en su entrevista, los intereses empresariales y las necesidades del público deberían estar alineados, sin embargo, la mayoría de las veces no es así.
En una situación ideal, las empresas deberían aportar auténtico valor con sus informaciones y ser conscientes de su responsabilidad como fuentes de información ante los públicos a los que se dirigen, concibiendo dicha información como un verdadero servicio ofrecido a la sociedad. Sin embargo la comunicación corporativa se plantea como una forma adicional de promoción, donde lo importante es explicar lo buena que es la empresa y sus productos y no aportar información con valor.
Las rígidas normas corporativas impuestas por algunas empresas, especialmente multinacionales, sin tener en cuenta las particularidades locales y la falta de conocimientos en los departamentos de comunicación podrían ser las principales causas de este enfoque erróneo.
La situación de los medios de comunicación tampoco ayuda a mejorar esta situación: redacciones cada vez con menos recursos, reducciones de plantilla e incluso cierre de muchos medios, son circunstancias que empobrecen el tratamiento de la información.
Y en medio de esta situación, estamos los profesionales que nos dedicamos a la consultoría de comunicación corporativa, que cada día encontramos más limitaciones para desarrollar nuestro trabajo con la máxima profesionalidad: bien por los condicionantes impuestos por las empresas y su empeño en salir en los medios a toda costa y con cualquier excusa, bien por los prejuicios de algunos profesionales de los medios hacia nuestra labor (sirva como ejemplo este artículo en topcomunicacion.com).
Sin embargo vale la pena un esfuerzo para alcanzar el equilibrio entre el buen servicio a nuestros clientes y la utilidad pública de nuestra labor de cara a los medios.
Noelia Perlacia
Responsable de Comunicación y Eventos