La Asociación de la Prensa de Madrid, ha publicado una información titulada: “La ética es la clave del futuro del periodismo“. Es una afirmación de Elsa González, Presidenta de la FAPE (Federación de Asociaciones de Periodistas de España), durante su intervención en la Escuela “Juantxu Rodríguez”, que se inauguró el 29 de julio, dentro de los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en Santander.
Esta afirmación viene que ni pintada para ilustrar un ejemplo de lo que en ningún caso refleja la ética en el periodismo.
El pasado miércoles, sufrimos en España, y en concreto en Santiago de Compostela, la mayor catástrofe ferroviaria de los últimos 40 años. El volumen de fallecidos y heridos ha sido realmente desgarrador y el maquinista, que ya ha declarado ante el juez, fue desde el primer momento el centro de todas las miradas y de todas las acusaciones, a la espera de que las investigaciones aclaren su grado de responsabilidad y establezcan las causas definitivas del accidente.
Todo el mundo del periodismo, todos los medios de comunicación, como es lógico, se han volcado desde el primer momento para cubrir convenientemente esta información y seguir de cerca las investigaciones, dando a conocer los testimonios de todos los protagonistas, expertos, etc.
Pero en medio de toda esta labor periodística realmente elogiable, el jueves día 25, una información se colaba en numerosos medios de comunicación e incluso en algunos de ellos alcanzaba la categoría de noticia.
Lo que el periodismo no debe hacer
La información en cuestión afirmaba: “El maquinista presumió en Facebook de circular a 200 kilómetros por hora en 2012”. No habían transcurrido ni 24 horas del accidente, decenas de fallecidos, más de un centenar de heridos, algunos de ellos con secuelas de por vida y algunos sectores del periodismo se dedicaban a buscar entre los cubos de basura algún despojo para cebar el hambre de morbo.
Una información que, desde nuestro humilde punto de vista, supuso una falta de respeto para todos los afectados por el accidente, para sus familias y también para el propio maquinista, intentando hacer un retrato de una persona irresponsable y poco profesional (cuestión que, aunque fuese cierta, deberá ser aclarada por los investigadores).
Desde el punto de vista del periodismo y los medios de comunicación, poco o nada aportaba esta “información”, desde luego ninguna conclusión relevante para las causas del accidente, pero sí fomenta el morbo y el chismorreo.
Retomando la frase de Elsa González y su intervención en la UIMP, conviene recordar algunos de los puntos que enumeró como bases del periodismo: el respeto a la verdad, la investigación de los hechos, la persecución de la objetividad, contrastar los datos o respetar la presunción de inocencia. Además, pidió la implicación de las instituciones y los ciudadanos que “deben saber que su futuro democrático y solidario necesita unos medios de comunicación potentes e independientes, con periodistas que, con su credibilidad, aporten elementos que ayuden a la gente a formarse su propia opinión”. Poco más hay que decir.
Noelia Perlacia
Responsable de Comunicación