¡Has dado el gran paso. Has decidido montar tu empresa!
Quizás no seas un fanático de la imagen, ni un experto enamorado del diseño gráfico, pero ambos, imagen y diseño van a ser a partir de ahora tus aliados en tu aventura en el mundo de los negocios y con un papel destacado en el posicionamiento de tu empresa.
Hay que tener en cuenta que todo negocio tiene o debería tener una cara externa, una identidad corporativa, el espejo en el que tus clientes se miren y se sientan identificados con tu marca. De hecho, para eso estás montando la empresa, ¿no?, para llegar a cuanta más gente mejor y ofrecerles tus productos o servicios.
Esto que por básico y primario es simple, no será posible si no estás identificado. Independientemente del tamaño o carácter que tenga tu empresa.
¿Y por dónde empezar a crear mi imagen de empresa?
Lo más normal es pensar y desarrollar un nombre para la actividad que vas a emprender. No tiene que ser algo rebuscado o difícil de recordar. Hay muchas empresas cuyo nombre es el propio del socio o socios fundadores, o un remix del nombre y apellido… pero si de verdad quieres empezar a diferenciarte de los muchos “Gómez y Asociados” , yo que tú pensaría un nombre reconocible, fácil de recordar y original. En el éxito de este primer paso influyen la sonoridad del nombre, su fácil pronunciación y sobre todo su carácter único.
Bueno ya está y no ha sido tan complicado, tienes un nombre original y único, …pero eso no basta.
Todo comienzo requiere un esfuerzo extra y si eres una empresa novel, tendrás que orientar a tu público acerca de lo que haces desde el primer momento que vean tu marca. Por este motivo es importante que, asociado al nombre de tu empresa, haya un Claim que disipe dudas. El reclamo podrás dejar de usarlo o cambiarlo por otro cuando tu negocio haya logrado un mínimo status en la memoria colectiva.
¿Cuál es el segundo paso de la identidad corporativa?
Pues la creación de un elemento que sintetice tu negocio: Un logotipo que convertirá el nombre de tu empresa en tu marca.
Puedes llegar a pensar – bueno como es un elemento propio puedo hacer cualquier cosa, que seguro que funciona bien…– ¡NO! Cómo pintes tu marca es tan importante como el propio nombre. Aquí hay que tener en cuenta varios factores:
* La actividad de la empresa
* La longitud del nombre
* La sonoridad del mismo
* El carácter que queramos dar a la marca
* La visibilidad de la marca
Para los cinco puntos debemos hacer un uso correcto de las tipografías, eligiendo la más apropiada (a un nivel más experto se pueden alterar y configurar para que estén más personalizadas y realmente sean únicas y exclusivas de tu logotipo).
No todos los tipos de letra funcionan igual.
Tienes que entender, por poner un ejemplo, que una letra tipo inglesa con rasgos clásicos no representa muy bien a una “empresa de fabricación de acero”, de igual modo que si tu negocio fuese una tienda Gourmet, tus “delicatessen” chocarían con las letras del nombre grabadas al fuego o pixelizadas tipo digital, puestas en el escaparate. Son ejemplos un poco extremos, pero sirven para ilustrar la idea de que el uso de las tipografías debe ser meditado. Lo cual no significa que no podamos salirnos de ciertas normas y romper con caminos alternativos, pero siempre que estén justificados, funcionarán mejor.
Una vez elegidos nombre y tipo de letra, tienes que usar el color para reforzarlos.
El color a veces es tan importante como la forma (no estaría de más echar un vistazo a la “Teoría del Color” de Goethe) y si ya unimos ambos; color y forma, lograremos que la marca sea muy sólida. Tanto que, una vez que tu empresa esté asentada gráficamente, podrás hacer uso sólo del color, sin necesidad de que aparezca el nombre, siendo igualmente reconocible …pero ésta es una licencia a la que ahora no puedes recurrir (no eres Marlboro o Coca Cola…)
La elección del color va a marcar tu identidad. Los tonos vivos y un poco ácidos, resultan más modernos y desenfadados, los tonos apagados por contra son más tranquilos y elegantes, pero también más aburridos y destacan menos. Tienes que buscar una gama de color que funcione bien. Partiendo de un color principal, usa complementarios para dar contraste y la gama para enriquecer cromáticamente. Valora el uso agresivo o no del color.
Tu logotipo además deberá cumplir unas normas que harán más fácil su aceptación y recuerdo:
– Originalidad. Quizás lo más importante para ser recordado
– Aplicabilidad. Tu logo debe poder usarse correctamente sobre distintos soportes y tamaños. Es importante que tengas una versión en blanco y negro. También que dispongas de versiones digitalizadas y en formatos exportables.
– Escalabilidad. Asegúrate de que a tamaño pequeño no se pierden datos y todo se ve correctamente.
– Huye de elementos muy finos o pequeños, que al ser escalados se puedan perder de vista.
Después de esto, ya sólo tienes que saber aplicarlo a tu Identidad Corporativa.
Crea tu papelería para cartas, facturas, sobres, tarjetas de visita, correos electrónicos y presentaciones, donde el logotipo y demás datos importantes de tu empresa están presentes. Piensa que no todas las piezas de papelería tendrán los mismos elementos y datos.
Es importante que todo guarde una coherencia gráfica, puesto que estás creando una imagen de marca.
También es importante que prepares un pequeño manual de identidad corporativa con unas guías de estilo. Será muy útil para asegurarte de que siempre se utilizará tu marca correctamente, al menos en el aspecto gráfico. Tén en cuenta que aunque tú si sepas cómo mostrar tu marca en los distintos documentos o espacios, tus colaboradores externos, proveedores, imprentas, medios de comunicación, etc. necesitarán de esa guía cuando usen tu logotipo.
Guarda una versión en PDF del manual y envíala junto al logotipo digitalizado a todos aquellos que tengan que trabajar con tu marca: ¡evitarás sorpresas!
Tampoco se trata de agobiarse en tus primeros pasos como emprendedor. Tómate esta disciplina al crear tu marca como la parte divertida y más creativa del inicio de tu empresa. Si a esto le unes una buena campaña de lanzamiento y alguna promoción, empezarás por el buen camino. Y si crees que no eres capaz o que no tienes tiempo de desarrollar tu imagen empresarial… ¡recuerda que no estarás sólo, ya sabes dónde encontrarnos!
Jorge González
Director de Arte
Excelente artículo, muy bien traído a los tiempos que corren donde somos muchos los que por intención planificada o por necesidad nos subimos al barco de los “creadores de actividad”. Buen toque para dar que pensar y ordenar las decisiones a tomar en un tema tan importante como la “identidad”. Quizá se tienda a no dar suficiente importancia a este momento. Una vez pensado y “pintado” el modelo de negocio, este es el primer paso en estrategia que puede hipotecar o por lo menos condicionar el futuro.
Mira que nos gusta nuestro logo… ¿a quién le pediríamos ayuda? 😉
Gracias pamiopati! A nosotros también nos gusta mucho vuestro logo 😉
Saludos
[…] en todas sus vertientes. Creamos imagen corporativa para otras entidades y eso implica no sólo diseñar un logotipo, sino desarrollar un mix de acciones que asocien a esa marca unos valores […]