El proceso de naming es básico en la construcción, aceptación y elección de una marca. Es una parte esencial en el camino para conseguir el éxito empresarial, y una técnica de branding que te ayudará a posicionar tu compañía en el mercado. ¿A qué esperas para saber más sobre él?
8 pasos para elegir tu nombre de marca
Si llevas a cabo el naming de una manera correcta, podrás poner en valor a tu marca mucho más rápido de lo que imaginas. ¡Sigue estos pasos para conseguirlo!
1. Date un tiempo para reflexionar
Piensa en la imagen que quieres proyectar. Esta debe estar íntimamente ligada a tu estrategia empresarial. Por tanto, no des el primer paso hasta que no tengas un plan estratégico y seas consciente de tu valor diferencial en el mercado.
2. Estudia a tus competidores
Observa lo que hace tu competencia. Estudia los nombres de aquellas empresas con un mejor desempeño. ¿Cuáles son las que más apego generan entre los consumidores? ¿Qué papel juega su nombre en la facilidad para recordarlas? ¿Transmiten su filosofía a través de su denominación?
Trata de encontrar un hueco en el que puedas encajar. Busca una denominación que pueda calar pronto entre tus clientes, pero que, a la vez, sea original, nueva y única.
3. Piensa en el mensaje
Después de haber hecho todo este trabajo de investigación y reflexión, haz una labor introspectiva y piensa en tu filosofía empresarial. ¿Cuál es el mensaje que quieres transmitir? ¿Buscas un nombre que inspire acciones o que evoque sentimientos? ¿Quieres comunicar fiabilidad y profesionalidad? ¿Te decantas por una pincelada de humor para captar a determinado público? Este paso es importante, porque si el nombre de tu empresa refleja personalidad habrás conseguido instalarte permanentemente en la cabeza de los consumidores.
4. Haz un listado de ideas
En este paso te animamos a que recurras al brainstorming para reunir el mayor número de ideas posible. Haz partícipe de este proceso a todo tu equipo, e incluye incluso a clientes potenciales para que den su punto de vista. Es bueno reflexionar sobre los pros y los contras de cada nombre, sus connotaciones y sus implicaciones objetivas y culturales.
5. Haz una primera selección
Una vez que has conseguido una lista de propuestas, puedes empezar a cribar las mejores. Asegúrate que las que elijas pueden resistir el paso del tiempo y el posible crecimiento de tu empresa y de su base demográfica de consumidores. Piensa en las modas: si hay ideas que has elegido porque están en el candelero, ¿qué harás cuando ya no sean tendencia? Si esto ocurre, cambiar de nombre implicaría dar un paso atrás, así que piénsate bien si hacer este tipo de elección.
Otra cuestión importante es seleccionar un nombre que no pueda ser acusado de sexista o de apropiación cultural. Por eso es básico que sometas tus ideas a la opinión de personas diversas. Pide la participación de colaboradores que estén al tanto de las corrientes dominantes y sepan ver posibles fortalezas o debilidades en tu propuesta.
6. Investiga si los nombres están registrados
Cuando llegues a este punto ya deberías tener más o menos clara una lista corta de propuestas de calidad. Asegúrate de que nadie las ha registrado antes; así dispondrás de todos los derechos legales. Haz lo mismo con su dominio en Internet. De esta forma, cuando llegues al final del proceso podrás iniciar sin problemas tu desarrollo web empresarial.
7. Haz una segunda selección
Haz una lista de unas 3 a 5 denominaciones finales. Entre ellas deberás elegir la definitiva. Ahora que ya tienes menos nombres, puedes hacer borradores de posibles logotipos, probar a nombrarlos en alto para ver cómo suenan e incluso hacer encuestas entre posibles consumidores. De esta forma comprobarás si tienen gancho. Quizá descubras que debes reiniciar el proceso, o, felizmente, te des cuenta de que has acertado en la diana con un nombre único.
8. Toma una decisión
Llegamos al punto más complicado del proceso. Basándote en tus investigaciones y tu estrategia, decídete por un nombre. Una vez elegido, deberás encargar el desarrollo de un manual de imagen corporativa que incluya logotipo, tipografía, colores corporativos, formas de uso… Cuando lo hayas hecho, haz un seguimiento y monitorización para ver hasta qué punto cala entre tus consumidores.
Como puedes comprobar, buena parte del éxito empresarial depende de un buen proceso de naming. Haz autocrítica: ¿consideras que el tuyo ha sido adecuado?