Existe una creencia bastante extendida sobre el parón de actividad de las empresas, sobre todo las compañías B2B, en los meses de verano. Es cierto que la actividad baja, debido al periodo vacacional, aunque hay que decir que la gente, cada vez más, reparte su mes de vacaciones para otros momentos del año. En este contexto ¿tiene sentido organizar eventos corporativos?
El verano se presta a actividades de ocio, conciertos, actividades al aire libre, viajes…con un contenido ligero, basado, principalmente, en el entretenimiento. ¿Se puede aplicar esto al contexto corporativo? Vamos a verlo con detalle.
El verano puede ser una buena oportunidad para los eventos corporativos presenciales. El buen tiempo invita a disfrutar de momentos fuera de la oficina y vincular la marca a acciones lúdicas que, sin duda, contribuyen a reformar su imagen y su reputación ante los diferentes públicos.
En este post de El Club de los Avanzados, te vamos a ofrecer algunas ideas para que no dejes pasar la oportunidad de ponerlas en marcha.
Retiros corporativos
Organizar un retiro en un destino atractivo puede ser una excelente manera de combinar trabajo y entretenimiento o, incluso, cultura, facilitando la cohesión del equipo y las relaciones, en un ambiente más relajado y distendido de lo habitual. Este tipo de eventos es ideal para fomentar el sentimiento de pertenencia y alinear a los empleados con los objetivos corporativos de una manera menos formal, pero también es apropiado para fortalecer las relaciones con los clientes o atraer a potenciales.
Eventos de networking al aire libre
El buen tiempo y los días más largos son perfectos para eventos al aire libre. Desde cócteles hasta barbacoas empresariales, estos encuentros permiten a los asistentes relajarse mientras estrechan sus relaciones, en un entorno abierto y distendido.
Conferencias y talleres educativos
Estos meses de verano se pueden aprovechar, debido a la menor carga laboral, para ofrecer formación y desarrollo profesional a través de conferencias, talleres y jornadas temáticas. Estos eventos son beneficiosos para la capacitación de los empleados o para desarrollar habilidades específicas.
Lanzamientos de productos
Aunque no lo pueda parecer, en un primer momento, el verano puede ser un momento propicio para lanzar nuevos productos o servicios y presentarlos a los clientes y potenciales clientes. La menor saturación de actividades comerciales supone una menor competencia y, por tanto, se puede atraer más la atención de los medios de comunicación y los clientes. Un evento de lanzamiento bien planeado, quizás en un entorno exclusivo o temático veraniego, puede crear un gran impacto. Lógicamente, todo ello debe realizarse si es coherente con la identidad de la marca y con la actividad del negocio.
Actividades deportivas o de team building
El verano es ideal para actividades deportivas o de team building, que serían difíciles de realizar en otros momentos del año. Las actividades físicas, como competiciones deportivas o jornadas de voluntariado al aire libre, refuerzan la colaboración y el espíritu de equipo.
Eventos de incentivo
Organizar un evento especial para agradecer a los clientes su fidelidad puede ser una excelente acción para fortalecer relaciones. Un evento bien ejecutado, enfocado como un incentivo, demuestra el aprecio de la empresa por sus clientes y refuerza la lealtad a la marca. Por supuesto, también es apropiado para los empleados.
Al planificar eventos en verano, es crucial considerar aspectos como la hidratación de los asistentes, la protección solar y tener un plan alternativo en caso de mal tiempo, incluso en verano. Además, la comunicación previa sobre los detalles logísticos y el programa del evento es esencial para asegurar una buena participación y satisfacción de los asistentes.
En conclusión, el verano no es un tiempo para detener las actividades de marca, sino una oportunidad para reinventarlas y adaptarlas a esta época del año, ofreciendo experiencias inolvidables, que pueden tener un impacto duradero en empleados, clientes y en la marca en general.