Decir que el auge del ecommerce, desde hace algunos años, es imparable es una obviedad. Con crecimientos de dos dígitos en muchos países, el comercio electrónico ha incidido de forma definitiva en la globalización, ha permitido a gran cantidad de empresas internacionalizar su actividad y está cambiando los hábitos de consumo de forma radical.
El consumidor, cada vez más exigente, quiere variedad, una excelente relación calidad-precio y, sobre todo, comodidad y rapidez. Estos dos conceptos; la comodidad y la rapidez, están convirtiendo el comercio electrónico en una actividad que incide muy negativamente en la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente… ¿no lo parece?…Te lo explicamos.
Curiosamente, mientras que la conciencia por la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente crece a todos los niveles (desde las conductas individuales, hasta las políticas corporativas de RSC), las nuevas formas de consumo y de compra caminan en sentido contrario. Los jóvenes, sin ir más lejos, que probablemente sea uno de los segmentos de población más concienciados con el cuidado de la naturaleza, también son los más consumistas. Un ejemplo muy claro sería el de algunas tiendas online de artículos textiles, que promocionan su servicio bajo el lema de los envíos y las devoluciones gratuitas: atención, que sean gratuitas para el cliente no significa, de ninguna manera, que no tengan coste y no sólo monetario.
La sencillez de las compras online y de las devoluciones provoca un gran crecimiento de envíos: consumidores que compran varios artículos a la vez, se los prueban y devuelven los que no les gustan; consumidores que compran los artículos más sencillos a través de ecommerce, con el objetivo de ahorrar el tiempo que dedicarían a comprar en una tienda física, por cercana que sea; consumidores que compran la misma prenda en varias tiendas y se quedan con la que llega primero, etc. Todo este consumo impulsivo y compulsivo está marcando un cambio de época.
El cambio de los hábitos de consumo influye muy seriamente en la movilidad y, aún más preocupante, en el impacto de las emisiones y la necesidad de optimizar e implementar sistemas eficientes de entrega.
Es necesario realizar una labor de concienciación sobre la compra a través del comercio electrónico. El consumidor debe ser consciente del coste que tiene un simple clic y toda su influencia en la cadena de suministro, el medio ambiente, la movilidad en las ciudades, etc. y, por su lado, los comercios online deben promover un consumo eficiente y responsable.
Si no es así, todos los esfuerzos para informar y educar sobre la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente, habrán sido en vano.