En el mundo de los eventos corporativos, la búsqueda de innovación constante es clave para destacar y crear experiencias memorables. Una tendencia cada vez más popular es el diseño de experiencias sensoriales, que busca estimular los sentidos de los asistentes, para generar una conexión emocional más profunda y duradera. En este post, vamos a analizar cómo utilizar el sonido, la luz y el aroma para transformar un evento ordinario, en una experiencia extraordinaria.
1. Sonido: Creando la atmósfera perfecta
El sonido es un poderoso vehículo emocional, que puede ajustar, instantáneamente, el tono de un evento. La selección cuidadosa de la música de fondo puede mejorar la energía de un espacio, elevar los ánimos y cambiar las percepciones de los asistentes. La música o los efectos de sonido deben elegirse en función de las características del público y el objetivo del evento, a nivel general, pero también hay que pensar en los “mini objetivos” en cada momento del evento. Por ejemplo, a la llegada de los invitados, es importante crear un determinado clima, en el que la música puede tener un papel protagonista. Estilo, ritmo y volumen, son factores que hay que analizar de forma minuciosa.
2. Luz: Modulando el enfoque y el estado de ánimo
La iluminación no solo es esencial para la visibilidad a nivel general (tanto la falta de luz, como el exceso pueden ser perjudiciales); también influye significativamente en el estado de ánimo y la percepción del espacio. Utilizar luces cálidas para crear un ambiente acogedor puede marcar la diferencia. Usar luz cálida para cenas y recepciones o luces más frías para conferencias y presentaciones, crean el ambiente adecuado y fomentan la concentración. Experimentar con iluminación dinámica como cambios de color o intensidad para destacar momentos clave del evento, también puede suponer tu toque diferencial.
3. Aroma: El detalle sutil que completa la experiencia
El olfato es quizás el sentido más subestimado en los eventos. Sin embargo, un aroma adecuado puede fortalecer la identidad de la marca y mejorar la experiencia general. Por ejemplo, aromas cítricos pueden lograr un impulso de la energía de los asistentes por la mañana, mientras que la lavanda puede ser ideal para eventos de tarde que busquen relajar y calmar. Para lanzamientos de productos, considera crear un aroma personalizado, que los asistentes puedan asociar con tu producto o marca y este detalle contribuirá al impacto y al recuerdo.
Implementación práctica
Para implementar estas ideas, lo mejor es colaborar con profesionales en diseño de sonido, iluminación y aromatización. Establecer claramente tus objetivos y definir cómo cada elemento sensorial puede y debe contribuir a ellos será el primer paso para diseñar toda la estrategia. Es vital realizar pruebas antes del evento para ajustar los niveles de cada estímulo y asegurarse de que complementan, en lugar de dominar, la experiencia. Como decíamos anteriormente, el exceso es tan malo como el defecto.
Consideraciones prácticas
A la hora de poner en práctica estímulos sensoriales de todo tipo, es importante tener en cuenta la posibilidad de que algunas personas sean alérgicas o sensibilidad a aromas, luces o ciertos volúmenes de sonido. Evidentemente, no siempre va a ser posible conocer de antemano estas circunstancias, así que una buena alternativa es ofrecer áreas donde el impacto sensorial sea mínimo, para aquellos que puedan necesitar un descanso de la estimulación intensa.
Al diseñar eventos con un enfoque en las experiencias sensoriales, no solo estás organizando un evento, estás creando recuerdos que los asistentes llevarán consigo mucho tiempo después de que las luces se apaguen y la música se detenga, por lo que hay que medir cada detalle para que un error de estrategia no convierta una experiencia memorable en un mal recuerdo.