Tan cierto es que vivimos un período de recesión y profunda crisis económica, como que el sol sale todos los días.
Esta certeza, conocida por todo bicho viviente, (aunque a veces no veamos el sol, tapado por una densa masa de nubes o de contaminación), me hace reflexionar sobre otra certeza: no hay mal que cien años dure, o lo que es lo mismo, ésta situación de crisis generalizada, no puede ni debe instalarse en lo cotidiano, en la normalidad de nuestro día a día; tenemos que mostrar un rechazo frontal al pensamiento de que no hay salida, que ya no merece la pena seguir: NO SE PUEDEN BAJAR LOS BRAZOS.
Mi reflexión, no es tanto para los que luchamos día a día por salir adelante, ni para los que creemos en lo que hacemos y lo seguiremos haciendo, si no para los que ya se dieron por vencidos, para los que movidos por el desánimo decidieron que las ideas no son importantes en sus empresas, para los que piensan que podrán seguir adelante sin comunicar, ni transmitir lo que son; sin contar con ayuda de profesionales, este post va para los que piensan que “cualquier cosa vale” y que parcheando malamente de forma casera, conseguirán remontar o mantenerse…
Estoy de acuerdo en que hay que ahorrar, bueno mejor dicho, estoy con los que opinan que se deben optimizar los recursos para contener gastos, si, por supuesto y más ahora, pero estoy totalmente en desacuerdo con aquellos anunciantes que decidieron “cortar por lo sano” con el cordón umbilical que les une a sus clientes: las empresas y profesionales de la comunicación corporativa.
Pensando de esta manera creen que su marca se recordará por sí sola, que sus ideas y valores como compañía pueden ser lanzados sin contar con la ayuda de la creatividad y el diseño de campañas, acciones de marketing y estrategias de comunicación.
Parece que de un tiempo a esta parte los mensajes, la publicidad, el darse a conocer y/o mantener entre el público ese conocimiento como compañía YA NO ES IMPORTANTE… que eso era algo de tiempos pasados, algo superfluo, que ahora se puede obviar. Está claro que al mercado se le han salido las tripas… pero ni antes las agencias éramos “intocables gurús de la comunicación” sin los que el cliente estaba perdido, ni ahora somos “charlatanes sacacuartos prescindibles”
Señores anunciantes, nada más lejos de la realidad. En estos largos años de crisis es cuando más se debe confiar en los profesionales que trabajamos para ustedes, en los profesionales que podemos lograr con ingenio, con recursos adaptados a las circunstancias, con confianza, basada a veces en años de relación profesional, resultados beneficiosos para sus intereses y los de sus compañías. Es cierto que con esfuerzo hemos reducido en muchos casos los márgenes al mínimo, incluso participando en proyectos que han dado negativo en el plano económico, pero no así en el puramente profesional y relacional proveedor-cliente, renunciando a veces a un mejor beneficio a cambio de una relación duradera.Es por esto que animo a que se mantengan y refuercen los lazos entre los anunciantes y nosotros, proveedores de servicios, a su servicio -y sólo a su servicio-
Tengan confianza señores responsables de marketing, hay que seguir invirtiendo para salir reforzados. Ahora que todo se mira con lupa, que se “tiran los precios”, que la competencia es tan feroz y que se lucha hasta por lo más mínimo, con tal de mantener un cliente, es cuando más deben respetar a los que les apoyamos y creímos en ustedes… porque en tiempos de bonanza parecía que estaba implícita la lealtad entre el proveedor de servicios y el cliente, pero es ahora cuando más nos necesitamos los unos a los otros y cuando toca demostrar la verdadera lealtad (la que no se mide con una campaña).
Como decía antes, en el mundo de la comunicación y el diseño corporativos NO VALE TODO… y menos ahora. HAGAMOS CADA UNO LO QUE SABEMOS HACER. Es el momento de confiar los unos en los otros y creer que con el esfuerzo de las dos partes saldremos antes de esta pestilente crisis
Seamos si cabe, más profesionales que nunca.
Jorge González
Director de Arte