Una marca sólida debe construirse al mismo tiempo que tu negocio. Aunque es frecuente pensar que la identidad corporativa y la confianza se desarrollan a medida que la empresa avanza, lo cierto es que esta idea es equivocada. En un mercado saturado de oferta, conseguir que el cliente te elija dependerá en gran parte del poder de tu marca.
¿Cuáles son las claves de una marca sólida?
Antes de avanzar en nuestros consejos para construir una marca, vamos a ir más allá de la identidad visual de la misma y definirla como un todo de tangibles e intangibles que hacen a tu negocio ser lo que es y lo diferencian del resto de competidores.
Este cúmulo de cosas se agrupan en cinco factores que ayudan a definir una marca y crearla: la promesa de marca, la percepción de la misma, las expectativas que genera, la persona y sus elementos.
La promesa de marca
Incluye todo lo que el cliente adquiere cuando te compra. Esto va más allá del producto o servicio en sí e incluye cuestiones como los valores, la experiencia de compra y las emociones que siente al adquirir tu producto.
La percepción de la marca
Es el comienzo del diálogo con el consumidor y habla de cómo este te percibe. No tiene que ver con cómo o qué quieres transmitir, sino en la interpretación que hacen los clientes potenciales de tu mensaje.
Las expectativas de una marca
Una vez que tu diálogo con el consumidor comienza a través de las promesas y se genera una percepción (el cliente sabe que existes y conoce tus valores), el siguiente paso es lo que espera conseguir comprando tus bienes o servicios.
La personalidad de una marca
Es lo que la identifica como tal y contesta a la pregunta: ¿quién es la marca? Esto viene determinado, además de por tus valores, por el estilo de comunicación que elijas, los soportes en los que entables conversaciones con tus consumidores, etc.
Los elementos que componen una marca
Son todas las herramientas que utilizas para transmitir tu identidad y tus valores y para entablar conversaciones con el cliente.
Cuatro consejos para mantener una imagen de marca sólida
Una vez tengas claro lo anterior, en su mayoría intangible, es hora de comenzar a centrarse en el proceso para conseguir que tu mensaje y tu identidad lleguen al consumidor de la manera que esperas. Para ello, es importante que generes complicidad con tus clientes.
1. Cuida la coherencia de tu discurso
Uno de los aspectos más valorados por los consumidores actuales es la autenticidad. Las generaciones con poder de compra más jóvenes, millennials y especialmente la Generación Z, exigen a las marcas una escrupulosa coherencia entre lo que comunican y lo que practican.
Debes ofrecer esta alineación de tus valores entre lo que hagas y lo que digas y también lo que eres y lo que proyectas. Ofreciendo coherencia a tus consumidores encontrarás la solidez y fidelidad en el mercado.
2. Muestra empatía con el consumidor
Es importante que tu marca muestre una preocupación sincera y honesta hacia las necesidades y deseos de tus clientes. El mercado está saturado de productos y reaccionar rápidamente a sus necesidades te dará una ventaja competitiva.
Recuerda que la marca es la convergencia entre la imagen que quieres ofrecer y las experiencias que realmente generas. Cuanto mayor sea tu interés hacia tus clientes, más fuerte será el vínculo con ellos.
3. Establece conexiones
Puedes controlar el discurso de tu marca, pero, en un mundo cada vez más digitalizado, no puedes controlar el discurso de otros usuarios sobre tu marca. Es importante que trabajes tu reputación y credibilidad con terceros para poder tener cierta influencia sobre lo que se dice de ti.
4. Adáptate al mundo online
El desarrollo de lo online está trayendo ciertos cambios que hay que tener en cuenta para controlar y mejorar tu imagen de marca. Para ello, debes utilizar las herramientas de las que dispones y emplearlas a tu favor:
Usa las redes sociales para entablar un diálogo con tus consumidores potenciales, crea estrategias para mejorar el engagement de tu audiencia. También puedes monitorear las redes en busca de feedback sobre tu producto y experiencia de compra.
Como puedes ver, la construcción de una marca sólida va mucho más allá de un logo y un nombre y requiere trabajo tanto en el producto que ofreces como en tu relación con los clientes.